El comienzo para saber la verdad.

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Ya había pasado un tiempo desde que fui a Hogwarts, me empezaron a llegar cartas de los estudiantes sobre como los trata y solo hace que me hierva más la sangre, también me llegaban amenazas de Umbrige y las personas a las cuales manda, por lo que me distancié de todos, incluyendo familia, amigos, y de mi novio. Me deprimí mucho, no por los mensajes que estaba recibiendo, si no que, por miedo, a que les pase algo a las personas que quiero y por no poder compartir con ellos. Al principio me llegaban cartas y patronus, con el paso del tiempo fueron bajando su intensidad y la cantidad, hasta tal punto – ahora –, que algunos ya no lo intentaban, trataba de ponerme feliz porque me llegué a enterar que Sebastián es feliz y eso quiere decir que no pueden quitarle su felicidad con el fin de lastimarme, aunque yo misma me lastimara al alejarme de él con las palabras y acciones con las que me despedí de él.

- Antonella, ¿Quieres esperarme? – dijo Draco caminando atrás de mí.

- No, Draco, solo aléjate, ¿Quieres? – dije dándome la vuelta, para verlo a la cara. Grave error.

- Entiendo. Eres igual que todos, te iras – dijo enojado, pero con un dije de tristeza. Pensando "yo siempre alejo a todos".

- ¡No! Draco, no es por ti.

- No me vengas con ese cuento de que eres tú. Estas rara con todos.

- ¿Quieres saber? Mira – dije levantándome la manga.

- No... dime que es mentira, no puedes ser igual que mi padre.

- Fue por proteger a los que amo, no quería hacerlo, pero preferí ser yo la que sufra que ellos – dije bajando nuevamente la manga, intentando no llorar.

- Solo por eso, no serias una buena Slytherin – dijo con el fin de sacarme una sonrisa, pero eso no pasó.

- ¿Me odias?

- No, ¿Cómo podría? Me has enseñado mucho más que todas las personas que se suponen que deberían.

- Todos lo hacen, mis amigos, mi familia, él... Todas las personas a las que estoy protegiendo me odian. Mi amigo está planeando pedirle a su interés amoroso que sea su novia, otro que se case con él, siempre se juntan y a mí ya me hacen a un lado, porque, aunque sé... bueno sabía que me querían, ahora creo que ni piensan un segundo en mí.

- ¿Quieres contarme más? – pregunto Draco, acercándose a mí.

- Aquí no – dije y lo agarré del brazo, suavemente.

Nos dirigí a la Sala de Menesteres, porque sabía que el Ejercito de Dumbledore no vendría hoy.

- ¿Qué es este lugar?

- No sé mucho de Hogwarts, pero es algo así como una sala que se aparece cuando la necesitas.

- Soy todo oídos. No te odiare por lo que digas, y si necesitas llorar, puedes usar mi hombro.

- La novia de un amigo, es hija de la vaca rosa, y ella le dijo que se acercara a él, con el fin de dañarme a mí, pero mi amigo se enamoró de ella, así que me aleje de él, para que fuera feliz. Me aleje de todos para no lastimarlos... Voldemort me amenazó y lo peor es que ahora soy su mano derecha.

En ese momento cruzó la idea de contarle a Draco todo y decidí que lo haría, confiaba en él.

- Yo predije el regreso de Voldemort, en una clase de adivinación nos pusieron a leer el polvo... raro ya se... pero ahí lo vi y esa técnica es muy efectiva. Luego me obsesioné y empecé a investigar sobre eso, encontré como podía ser revivido...

La Weasley diferente y en DurmstrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora