Hogwarts

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- ¿De verdad ya tienes que irte? – me pregunto Ced.

Había pasado algunas semanas con Cedric y Bastián dentro de la cabaña pensando en cómo mantener con vida a mi sobrina, pues eso se nos había complicado y alargado más de lo que a nosotros nos hubiera gustado.

- Sí, lo siento mucho. Sé que casi no eh pasado tiempo contigo, pero una vez todo esto termine, te prometo que tendremos la vida que tanto hemos planeado.

- No te preocupes. Lo entiendo y aunque sí, me encantaría tenerte aquí, sé que es tu trabajo... Suerte en Hogwarts, salúdame de mi parte a Hannah, Olli y Andrés, por favor.

- Lo haré, aunque ellos creen que estás muerto.

Tras un beso algo lento y largo, muy a mi pesar tuve que salir de la casa. Me teletransporté a los baños de la estación 9 y ¾, donde antes de salir tome poción multijugos – de una chica que es amiga de otra chica que estudia en Durmstrang, de 5to año, hija de muggles –. Para que todo salga bien.

Tuve que subir rápido al tren, pues no quería estar cerca de los Weasley, al menos no ahora.

Ya adentro, busque el vagón de los Slytherin y entre, Draco, solo me vio y me hizo una seña que me fuera a sentar con él.

- Chicos, ella es mi amiga, Vega Castilla, hija de padres importantes de Bulgaria, sangre pura. No espero que la acepten, pero estará con nosotros.

- Pansy Parkinson – dijo una chica.

- Crabbe.

- Goyle.

Con un gesto de cabeza los salude. Tenía que poner en práctica todo lo que me enseñaron en Durmstrang.

- Y Blaise vendrá dentro de un rato, un nuevo profesor le llamo para que fuera a comer en su vagón.

Luego de un rato más donde todos hablamos cosas sin sentido – en mi vida hubiera creído que los Slytherin's eran así... Gracias Weasley's – el viaje se volvió silencioso, cuando Draco se dio cuenta de lo cansada que estaba, con su mano agarro suavemente mi cabeza y la recargo en su hombro. Le sonreí y él hizo lo mismo.

Luego de eso no recuerdo mucho más.

Hasta que, de la nada se escuchó como es que alguien abrió la puerta, por lo que indirectamente me llevo a mí a abrir los ojos.

- ¿Qué le pasa a esta puerta? – dijo Blaise Zabini, pues estaba empujando la puerta, tratando de cerrarla, pero algo se lo impedía, como si chocara contra algo.

Aquí hay algo... mejor dicho alguien... James tenía esa capa... está muerto... era herencia... heredo... ¡Harry!

Draco me miro, y creo que él piensa lo mismo...

De la nada, pareciera como si alguien le hubiera dado un tirón, Zabini, que todavía aferraba el tirador, trastabilló de lado y fue a parar al regazo de Goyle.

Se vio como se hundía el lugar que supongo sería de Zabini, luego solo se escuchó la rejilla de las maletas y si estabas viendo las maletas, se pudo apreciar un ligero movimiento de una de ellas

Mientras que Harry agradecía que Goyle y Zabini se estaban gruñendo el uno al otro y atraían las miradas de los demás, porque estaba seguro de que se le habían visto los pies y los tobillos al ondear la capa; es más, hubo un horrible instante en que creyó ver cómo la mirada de Malfoy seguía la fugaz trayectoria de una de sus zapatillas antes de que ésta desapareciera de la vista.

Goyle cerró la puerta de golpe y apartó a Zabini de un empujón, que se desplomó en su asiento con gesto malhumorado.

Luego de eso, todos volvimos a lo que estábamos haciendo antes Crabbe volvió a la lectura de su cómic, y Draco, que reía por lo bajo, se acostó ocupando dos asientos con la cabeza sobre mis rodillas y las piernas sobre las de Pansy.

La Weasley diferente y en DurmstrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora