Desconfianza

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Llegamos a la casa. Harry, Hermione y Ron simplemente me miraban extraño y siempre tenían la vista fija en mi brazo... Ellos si me siguieron entonces.

- Tengo que enviar unas cartas del trabajo, estaré arriba mamá. Pero si necesitas ayuda puedes llamarme.

Al llegar al que solía ser mi cuarto hace ya algunos años, saque la carta que Dumbledore me había mandado.

Antonella:

Ya sé de la tarea de Draco, también sé que él no será capaz de lograrlo y no quiero pedírtelo a ti, así que eso ya lo tengo cubierto – te lo diré en persona – pero ya sé cómo haremos que estés cerca de Draco en cualquier momento, ambos lo sabrán. Tanto Draco – para que te tenga confianza – como Voldemort, pero a él le dirás que fue tu idea y que es solo para asegurarte que cumpla con su misión. Dejaras a un clon en tu trabajo porque nadie puede saberlo, ni tu familia. Sé que quizá se lo contarás a Cedric, y a Bastián, pero hasta ahí, Antonella.

No tendrás ceremonia, simplemente sube al tren y a los carruajes y siéntate junto a Draco.

Y así lo hice, le mandé una carta a Draco, donde le pedía hablar con él luego de la siguiente reunión con el señor tenebroso. Y otra a Voldemort explicándole mi plan. Y yo pidiéndole a Merlín que él acepte.

Salí del cuarto con la intención de despedirme de todos ya que, viendo que no estaré tan desocupada como creí este año, quiero pasar más tiempo con Cedric, mientras pueda... eso y que no sé cuándo será mi día, porque estoy consciente que me estoy metiendo en la boca del lobo.

- Es ella... me está volviendo loca – dijo una voz que se escuchaba en la habitación de Ron.

- ¿Qué ha hecho esta vez? —inquirió Hermione, comprensiva.

- Es que me habla de una manera... ¡Como si yo tuviera tres años!

- Ya lo sé —la consoló Hermione—. Es muy creída

- ¿No podéis dejarla en paz ni cinco segundos?

- Eso, defiéndela —le espetó Ginny—. Ya sabemos que tú nunca te cansas de ella.

Y desde ahí supe de quien estaban hablando... Y no llegue suficientemente temprano para evitar que ella entrara en el cuarto.

- ¡Haggy! Tiempo sin vegte

Y atrás de ella, iba mamá con una mala cara.

Yo no sé cómo es que ella los soporta... Yo ya me hubiera ido, con o sin Bill.

Yo también.

- ¡No hacía falta que subieras la bandeja, estaba a punto de hacerlo yo!

- No hay ningún pgoblema —replicó Fleur, y dejó la bandeja sobre las rodillas de Harry. A continuación, se inclinó para plantarle un beso en cada mejilla —. Tenía muchas ganas de veglo. ¿Te acuegdas de mi hegmana Gabgielle? Sólo sabe hablag de Hagy Potteg. Se alegagá mucho de volverg a vegte.

- Ah, ¿también está aquí? —preguntó Harry con voz ronca.

- No, bobo, no —contestó ella con una risa cantarina—. Me gefiego al pgóximo... cuando nos... ¿es que no lo sabes? —Abrió mucho sus grandes ojos azules y miró con reproche a mamá, que se defendió:

- Todavía no hemos tenido ocasión de contárselo.

Fleur se volvió bruscamente hacia Harry, y al hacerlo le dio de lleno en la cara a la señora Weasley con su cortina de cabello plateado. —- - ¡Bill y yo vamos a casagnos!

- ¡Oh! —exclamó Harry, sin comprender por qué mamá, Hermione y Ginny se empecinaban en no mirarse a la cara—. ¡Uau! ¡Felicidades!

Decidí que ya no iba a escuchar más... No puedo creer que la traten así de verdad.

Termino de bajar las gradas, cuando veo a Remus.

- Hola Lupin – dije llamando su atención y asustándolo un poco.

- Hola, Antonella... Que alegría que estés bien.

- ¿Tú es estás bien? Quiero decir luces triste – dije y solo pude ver su mirada perdida – Es por ella. ¿Cierto? Me lo dijo...

- Es que no entiende... no puedo...

- ¿Por qué? ¿Por la edad? Remus eso no importa si el sentimiento es de verdad.

- ¡No es eso, Antonella!

- ¡¿Entonces qué es?! Se mira a millas de distancia que tú también sientes algo por ella.

- No lo entenderías... - dijo suavizando mucho su voz.

- Es por tu licantropía ¿Cierto?

- ¿Cómo lo sabes?

- Es obvio... Sin ofender. Además, estudiamos sobre ellos desde primer grado.

- Cierto – chasqueo la lengua – enseñanza distinta.

- Solo respóndeme esto y te dejo en paz... ¿Es por eso?

Y él solo asintió con la cabeza, justo cuando vi que tenía intenciones de justificarse, le hice una seña para que se callara y me esperará un rato.

Salí corriendo hacia mi cuarto, agarré mi maleta y volví a bajar.

- Entra por favor – dije señalando las gradas.

Él me hizo caso, y cuando ya habíamos entrado los dos, cerré la maleta y me cloné.

- No te puedo decir nada, pero te lo mostraré – dije mientras en un pedacito de pergamino apuntaba las instrucciones que tenía que hacer mi clon –. Mira, soy pocionista profesional, pero mi poción es peligrosa si cae en las manos equivocadas, así que por eso operamos en secreto, te digo esto para que confíes en mí y para que no te asustes.

- Okey...

- Imperio – dije mientras señalaba a mi clon –. Cuando yo te diga ya, harás lo que dice ese papel.

Me aleje un poco de ambos.

- Ya.

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¡Holis! ¿Cómo han estado?

Perdón otra ves, por desaparecerme. Pero si todo sale como espero y lo planeo, sabrán de mi más seguido.

¿Qué creer que va a pasar? ¿Qué se le habrá ocurrido a Antonella?

No se olviden de votar si les gusto el capitulo.

Gracias por leer, votar y comentar.

Feliz día, tarde o noche.

P.C

La Weasley diferente y en DurmstrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora