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Durante los últimos tres días Camilo no se había apartado prácticamente apartado del cuerpo de Mirabel, pasaba horas al lado de ella sentado en una silla, cuidándola. Sus familiares estaban preocupados por él, pero entre Pepa y Dolores les contaron todo hasta que finalmente pudieron entender que ocurría con Camilo. En un principio la familia directa de Mirabel se sorprendió, sobre todo Isabela quien intentó golpear a Camilo, pero él a pesar de todo mientras no tocaran a Mirabel le daba exactamente igual. Por suerte, Isabela fue detenida por su madre y tía, y al final fue ella misma a pedirle una explicación a Camilo, a lo cual se sumó la familia, ya que nadie conocía todos los detalles de la historia, y la curiosidad les pudo.

- Todo empezó dos meses después de que Mirabel restaurara el encanto - comienza a narrar - por una coincidencia descubrí que ella cada día estaba tentada de marcharse del encanto - se escucha un jadeo general, Camilo rueda los ojos y continua - por lo general me levantaba en la madrugada para comer - aclara ganándose varias miradas disconformes - y ese día por un casual coincidimos, la seguí y bueno, ella estaba a punto de cruzar el río que hay antes de la selva, pero al correr hacia ella me caí con las piedras y resbalé, ella me ayudó a volver 

- ¿Entonces no te caíste de ningún árbol? - cuestiona Dolores

Camilo niega.

- Después de ese día empecé a vigilarla, e hice un trato con ella, yo la ayudaría a mejorarse, pero si por algún casual me rendía la ayudaría a irse del encanto - aparta la mirada de los demás - a cambio ella se quedaría para que yo la ayudara a mejorarse - se muerde los labios antes de continuar - lo primero que note eran sus pesadillas - mira a Julieta - y busqué por todas partes para saber como podía calmarla, y tal y como me narró eran horribles - suspira de nuevo - pero los remedios no funcionaron - niega - pero descubrimos lo que si, ella - acaricia el cabello de Mirabel la cual descansa a su lado - se calma cuando dormía encima de mi pecho, los latidos la ayudan a dormir - murmura cortando otros detalles como los masajes.

- ¿Llevas más de dos meses durmiendo con mi hermana? - habla Isabela con rabia a punto de ir a golpear a Camilo, pero es detenida por Alma.

- Continua - habla la abuela

Camilo traga saliva, asiente.

- Después de eso nos volvimos más unidos, ella cada vez que se sentía nerviosa o débil o quería escapar de algo, acudía a mi, y siempre procuraba estar en su campo de visión al igual que ella buscaba estar en el mío - sonríe levemente - era divertido estar con ella, y yo... - hace una gran exhalación - bueno, digamos que pasamos por mucho - se muerde los labios dudando si continuar o no, pero solo se remueve incomodo y continua - el día de conmemoración del encanto... - se lleva una mano a la cara para que no puedan verle - intentaron violar a Mirabel, concretamente el hombre con el que pelee hace unos días - aprieta la mandíbula, sigue sin mirarles pero ellos están ahora en shock - ella pudo defenderse por suerte, y como el otro estaba borracho no la siguió, cuando llegue ella tenía el vestido roto, y tenía marcas por los brazos y un asqueroso chupetón el cuello - habla con rabia

- Mirabel no se callo aquel día - habla conmocionada Julieta, se lleva una mano a la boca mientras las lágrimas se le escapan, los demás le acercan una silla para que se siente.

Camilo observa por fin a su familia, no tenía claro si era buena idea contarles el resto, o saltarse alguna parte, pero lo que sí tenía claro era que les había traumatizado, y estaba seguro que a casi ninguno le iba a gustar nada de lo que dijera a continuación, pero... de todas maneras ya no iban a separarle de ella.

- Ese día - habla Camilo para continuar - intenté ir a matar a golpes a ese... hombre - gruñe con rabia - pero Mirabel me retuvo, estaba extremadamente nerviosa, por lo que me quedé con ella, me... dijo que quería que ese chupetón desapareciera - chaquea la lengua - de forma literal me dijo que sentía como le quemaba, y lo único que se me ocurrió fue taparlo con uno mío - Camilo alza la mirada para ver a sus familiares quienes le miran completamente consternados, pero antes de que le interrumpieran decidió proseguir - esa noche bailamos juntos en el patio de casita hasta tarde - rememora con una sonrisa -. Después de eso, fue avanzando más y más, y antes de poder darme cuenta, estaba loco por ella, por lo que decidí cortejarla, pero un día - hace una pausa, piensa sus palabras para no herir a nadie -  ejem... un día, comprendí que ella debía avanzar por su cuenta y tenía curiosidad sobre lo que ocurriría si me quedaba a su lado.

Mirame con otros ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora