40

629 63 12
                                        

Nada más entrar en la jungla el viento cambió totalmente, todo era oscuro, lúgubre y completamente siniestro. Las ramas se movían sin cesar dando arañazos a la ropa y piel al punto de hacer sangre. Era completamente imposible ver más allá. 

Y el silencio era lo peor, a pesar de que se sabía que había allí mucha gente , nada se escuchaba. Cada sonido era opacado al punto que si incluso ellos mismo gritaban, no sonaba más lejos que un par de metros. 

La luna no llegaba a esa zona, los tropiezos por ramas, pasto, animales y lianas eran constantes y agobiantes. Miranda hacía rato que no paraba de llorar ruidosamente, pero como no, Camilo la ignoraba para seguir adelante. 

En un momento dado, Camilo pisa una rama con fuerza, al mirar al suelo la ve completamente partida, sin embargo, no pasan ni unos segundos cuando la rama a vuelto a unirse. 

Gira la cabeza hacia atrás y nota algo extraño.

<<Esto tiene magia, algo no va bien.>>

Coge con fuerza un poco de su ropa para rasgarla, y la sujeta con fuerza en una rama alta y visible. De nuevo agarra con fuerza el brazo de Miranda y continúa andando completamente recto y sin descanso, hasta que ve, a unos veinte metros hacia delante, el mismo trozo de tela en la rama.

- Estamos andando en circulo - gruñe 

- Qui... Quizás... ufff... nos... nos... nos están diciendo que... volvamos a encanto... - llora temblorosa Miranda

Camilo se gira hacia ella completamente apretando más fuerte su brazo.

- Eso es lo que a ti te gustaría - aprieta con más fuerza - pero no pienso irme de aquí sin mi esposa - amenaza - vamos por este camino.

Esa vez empezaron a andar todo a la derecha completamente recto pero nada. Y al andar hacia la izquierda o en diagonal, pasaba lo mismo, la única variación que había era que nada más volver sobre sus pasos el túnel para entrar al encanto se abría de nuevo.

- ¡No pienso largarme de aquí sin mi esposa! - grita al viento dándole una patada a un árbol. 

PLAS

En un momento dado Miranda le empuja zafándose completamente de él corriendo lo más rápido posible hacia encanto de nuevo. Camilo por leves segundos se desentonó completamente, es más, de las escasas fuerzas que tenía tras los malos días pasados que había tenido, le costó recuperarse más de lo habitual. Y al correr hacia ella, pudo notar como el camino era considerablemente más largo.

Se tropezaban, daban vueltas en círculos, pero la entrada a encanto no se abría en ningún momento. No obstante, cuando Camilo estuvo a punto de atrapar a Miranda y está le dio esquinazo de nuevo. Casi se mata de golpe al notar como la entrada de encanto se había abierto a él de golpe. 

Miranda levemente se giró hacía él haber si le perseguía comprendiendo automáticamente la situación, era Camilo quien podría volver, nadie más a no ser que fuera acompañado por él, ambos lo entendieron. 

<<Lo siento mucho Miranda, pero mi esposa me espera.>> 

Antes de darle más tiempo a pensar él echó a correr al lado contrario a ella para así perderla. Su conclusión era simple, si hasta entonces con ella no había llegado más allá, significaba que no lo lograría con ella. Una cosa tenía clara, aquella jungla tenía el alma de su abuelo y si le estaba protegiendo era por algo.

Su abuelo debía saber algo que él no. Y si a Mirabel le había pasado lo mismo con sus secuestradores que a él con Miranda, que por mucho que anduvieran siempre llegaban al mismo lugar, entonces era evidente de que parte estaba la jungla, y si no podía llegar a ella con Miranda, no tenía sentido conservarla, después de todos quizás era solo lo que ella se merecía, quedar atrapada para siempre.

Mirame con otros ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora