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Camilo observó como su beso no revivía a Mirabel.

- No - susurro notando como su alma se está yendo.

Acaricia sus pómulos, estaban congelados.

- Mirabel - musita débilmente - no te mueras...

La volvió a coger en su regazo y la colocó encima de sus piernas, acariciándola con sutileza. Suspira, la toma del mentón para ver su pálido rostro, una lágrima traicionera sale de su mejilla la cual cae directamente en la mejilla de Mirabel. Con la mano la limpia y aparta la lagrima.

<<La perdí.>>

Camilo siente como su propio corazón deja de latir, ya no serviría de nada, ella ya no está para poder tener algo por lo que latir.

Apoya la frente contra la de ella, está completamente helada, baja los labios hacia los de ella y vuelve a conectarlos de forma lenta y delicada, como si temiera que ella fuera a romperse.

- Como me hubiera gustado hacer esto cuando aún estaban calientes y llenos de vida - murmura contra los labios de ella, y vuelve a juntarlos.

Escucha como los pasos de su familia vienen corriendo hacia donde está él.

- Camilo ya los tra...- Dolores calla en seco viendo como su hermano tiene en sus brazos a Mirabel - no...

Durante ese tiempo Camilo es zarandeado, movido, pero él no responde, toda su atención de vuelca únicamente en ella, y no permite que nadie se la arrebate de los brazos. Puede escuchar de lejos como varios de su familia tienen una acalorada discusión del cual él está completamente ausente, bien podían estar gritándole al oído, ya no escuchaba. Estaba complemente volcado en ella. 

Se levanta con ella en brazos, y a paso lento, con la mirada perdida, va andando hacia la cama, donde la coloca suavemente, y se coloca de rodillas al lado de esta.

- Fuera - habla bajo.

- Camilo - intenta adelantarse Pepa - creo que...

- Largo de aquí - habla con voz rota y ausente.

- Camilo... - intenta su padre

- HE DICHO QUE OS VALLAIS - contesta en un tono duro y firme, colocándose de pie de golpe para darse la vuelta para enfrentar a su familia, la cual sale sin dudar de la habitación tras eso.

Camilo tal cual estaba antes se vuelve a colocar de rodillas frente a la cama, apoya la cabeza en esta y le da la mano Mirabel mientras permite que sus lágrimas fluyan sin cesar. 

Se imaginó la vida que podían haber tenido. La hubiera cortejado, la llenaría de regalos, perfumes y la mimaría como su fuera una reina. Hubiera pedido su mano en matrimonio, primero a sus padres como todo un caballero debía hacer, y después se lo hubiera pedido a ella lejos de todos, solo para sus propios ojos. Se casarían en la iglesia del pueblo, y le haría la boda de sus sueños. Incluso debatiría con ella sobre si debían irse del encanto o permanecerían allí, y al final hubiera echo lo que ella quisiera. Pero donde estuvieran se aseguraría de buscaría un hogar para ambos, y les daría los hijos que ella quisiera. Haría lo que ella quisiera...

Se sienta en la cama al lado de Mirabel, acaricia sus mejillas, están congeladas. 

Le da un beso en la frente con cariño, luego en sus mejillas, luego en los labios, prosigue con la zona de su marca en su cuello y finalmente en la herida de su muñeca izquierda a través de la tela machada de rojo. 

Coloca la mano de ella en su frente mientras se desmorona.

- Yo planee un futuro, pero no lo imaginé así, lo juro - habla con voz rota - ¿Por qué no ha funcionado? - musita

Mirame con otros ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora