Mirabel no tenía para nada claro como podía darle las gracias a Camilo, o si debería hacerlo. Pero lo que si tenía claro es que ahora alguien más sabía si secreto, y sus ganas acérrimas de marcharse y a la vez no. Lo cual, no sabía dónde podía desembocar.
Sin mediar palabra tras el desayuno fue corriendo a hacer sus tareas como cada día, esperanzada de que nadie la siguiera ese día, no le apetecía tratar con nadie.
Sus sentimientos hacia mucho que eran tan extraños que no podía controlarlos, en su pecho desde hacía tiempo solo había apatía, soledad y miseria, y en el peor de los casos, la nada..., una nada desesperante y completamente vacía que no permite respirar, a un punto de no saber si se encontraba viva por lo que varias veces al día debía recurrir a pellizcarse el brazo para comprobar que aún lo estaba, o que al menos, podía sentir algo, aunque sea dolor.
Camilo desde luego ignoraba por completo como se sentía ella, y nadie de la familia era para nada consciente tampoco, ella lo disimulaba bien, y como al no tener Don, no le hacían totalmente caso, sus sonrisas falsas que no llegaban a sus ojos y que parecían huecos y sin vida, engañaban a todos. Pero Camilo, aquella mañana, en el límite del encanto, se asustó verdaderamente al ver los ojos de ella.
Decidido a saber que ocurría, prosiguió a seguirla, por una parte, necesitaba ver que no se marchaba, pues no sé encontraba seguro de que si no decir nada, podía ser lo correcto, pero no veía en qué parte podría beneficiar a alguien contarlo, podrían llamarle mentiroso y ella por ese desconfío y miedo a ser descubierta se marchara, o por otra parte, que le creyeran, y su familia comenzará a atosigar a Mirabel, y sin dejarla sola, al punto que ella se sienta ahogada y decida marcharse.Se encontraba entre la espada y la pared, pero antes de actuar, prefería ver qué podía hacer y vigilar, quién podía ser realmente su prima.
Por tanto, y sin consentimiento de ella, estuvo toda la mañana vigilandola mientras se transformaba de diversas personas para no llamar la atención, y a su vez, intentar hacer sus tareas a la vez.
Desde luego que en ningún momento le pareció nada del otro mundo, solo otra Madrigal ayudando a los demás, y hace tiempo, él hubiera dicho lo mismo, "solo otra Madrigal", pero observarla desde luego había cambiado su análisis por completo.
Su rostro estaba cansado y ojeroso, su piel completamente más pálida, el pelo no tenía brillo, también estaba considerablemente más delgada, se movía como si respirar doliera, y cada cierto tiempo procedía a pellizcarse los brazos, pero sin duda lo que más llamaba la atención eran unos ojos fríos y sin vida que más bien parecían pertenecer a un difunto.
Resopla escondido entre las sombras acunando a un bebé.
Por unos segundos se sintió completamente miserable, siendo él mismo tan buen actor no podía entender cómo podía ser capaz de haber pasado por alto aquella patética actuación que mostraba orgullosamente su prima.
Y tras es paso de las horas, Camilo apenas pudo notar algún cambio, al punto de que a la hora de la comida, cuando todo el mundo se encontraba almorzando, su prima rehuía a todo el mundo para irse lo más lejos posible de toda vista.
Con premura, y sin saber si de nuevo sus intenciones, la sigue hasta llegar al lago del encanto, donde simplemente está sentada en el suelo mirando a la nada.
Sigiloso, camina lento hasta ella, sin ser notado. Alarga la mano y le toca el hombro a su prima consiguiendo que ella simplemente se gire sonriendo, como lo hace con cualquiera, sin embargo, al ver de quién se trata, su miraba baja totalmente borrando cualquier expresión.
- ¿Que haces aquí Camilo? - habla en tono frío
Camilo abre la boca para hablar, pero de nuevo no sabe si es sensato, su hermana Dolores podría estar escuchando. Sin embargo, Mirabel adivina rápido su cara contradictoria al habla.

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Mirame con otros ojos
RomanceMirabel ha cambiado desde que salvó el encanto, y sus sentimientos al igual que ganas de vivir se reducen a cero, y eso es así hasta que su primo Camilo, con el cual jamás ha tenido ninguna clase de relación, se da cuenta por una pequeña casualidad...