Mirame con otros ojos

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Cuando declararon horas más tarde sus deseos de casarse la casa prácticamente se volvió loca, más de uno había malinterpretado a situación ya que creían que Camilo le había quitado la pureza a Mirabel, sobre todo por declarar tal cosa justo después de la lluvia de estrellas, donde muchas mujeres anunciarían dentro de un mes, que vendrían nuevas generaciones, pero antes de poder matar a Camilo, Mirabel se sometió por voluntad propia a un examen ginecológico de su madre, la cual tenía cierta experiencia ya que siempre estaba en los partos, y acostumbraba a velar a las embarazadas por su Don. Más de uno pudo suspirar tranquilo, especialmente Camilo quien era cruelmente amenazado por Isabela, armada con un palo, lo cual le asustaba tremendamente al no saber sus intenciones con el mismo.

Pero al declara no solo la pureza de ella, si no que toda la familia juzgó a Camilo como un pervertido debido a las múltiples marcas dejadas en el cuerpo de Mirabel, empezaron a preparar la boda con angustia de que el novio "sucumbiera a la tentación". Era cruel ser juzgado ante su propia madre, y la misma Pepa le decía que se metía con su sobrina, casi olvidando que él mismo era su hijo.

Estaba de más decir que no todo el mundo estaba feliz con dicha unión, sobre todo los pretendientes de Mirabel, los cuales la atosigaban a todas horas, desde con serenatas, hasta flores que Isabela volvía mustias rápidamente. Y por supuesto, Miranda...

Mirabel caminaba tranquila por el pueblo, su vitalidad había vuelto considerablemente desde que su nuevo hogar oficialmente estaba empezando a ser construido, saber que abandonaría la casa en la que había sufrido tanto, la llenaba de tranquilidad, por lo que se la veía sonreír más a menudo. Pero ese día para variar, estaba sola, Camilo estaba junto al herrero, él mismo había insistido en hacer sus propios anillos de boda, lo cuál era más trabajoso, pero desde luego que ese detalle gesto romántico hizo que más de una suspirara por él, lo que Camilo no decía era que se negaba a que Mirabel llevara una joya echa por otro, quería que sintiera su amor y que pensó en ella cada segundo al hacerla.

Mirabel, acababa de salir de una costurera donde le estaban haciendo el vestido de bodas, al igual que el ajuar, si alguien estaba contenta eran las mayores del pueblo, sobre todo, y aunque no lo dijera, su abuela, ya que era una nueva generación de bendiciones mágicas, pero desde luego que no le gustaba que no fueran a vivir en casita, pero Camilo dejo claro que sino se marcharían del encanto, por lo que todo el mundo cedió rápido.

- Valla - escucha una voz Mirabel - pero si es la novia incestuosa 

Mirabel gira la cabeza hacia dicha voz encontrándose con Miranda, una de las chicas que sabía que estaba detrás de Camilo.

- Miranda - saluda Mirabel con un asentimiento.

- Supongo que te sientes bien ahora que te has llevado el premio mayor - critica con los brazos cruzados - tenías envidia de que tus hijos no saldrían mágicos y no se te ocurrió otra que engatusar a tu primo - arruga la nariz con asco - eso es caer bajo.

Mirabel la mira de arriba a abajo varias veces, pero está contenta, va a irse a vivir con el hombre de sus sueños, tendrá una boda de ensueño e irán a vivir de una casa para ellos solos, no, no tiene ganas de discutir con una payasa. Se cruza de brazos y sonríe a Miranda.

- Sabes - se encoge de hombros - tienes toda las razón- se burla - aunque se te olvida la parte en la que quería llevármelo de encanto para que no sucumbiera ante la meretriz del pueblo - ríe con retintín - y si no fueras idiota, lo rebatiría, pero sabes, eres... - la vuelve a mirar de arriba a abajo - una descerebrada - completa como si fuera obvio - y si discuto contigo, voy a bajarme a tu nivel, y allí me ganarás por experiencia. 

Miranda se coloca roja de la furia, y le alza la mano a Mirabel.

- Adelante - anima Mirabel - alzo - se cruza de brazos - pero te advierto que si me golpeas, pienso golpearme más fuerte a posta, y pienso exagerarlo excesivamente, y luego veremos donde te deja eso, sobre todo con Camilo, que sea mi primo o no, algo malo debes de tener para que prefiera a su prima sobre - aprieta los labios - ti.