Todo estaba saliendo exactamente como Camilo quería, efectivamente en caso de que cualquier cosa saliera mal, la familia Madrigal a pesar de ser la principal instigadora, no había echo nada más que dar "sugerencias".
Y salir ahora por el pueblo era considerablemente más rutinario que otra cosa, las calles, los movimientos y cualquier situación estaba pactada y tratada de ante mano, y eso servía para cualquier miembro de la familia Madrigal. En los pocos días que la nueva idea de sugerir pacíficamente que la gente se fuera, solo cinco personas se habían ido. Y no de la mejor forma, pero desde luego que fue mucho más sencillo después de que Camilo colocara en sus respectivos vasos unas gotas del líquido negro que su suegra hace mucho que le había cuando Mirabel tenía pesadillas.
Esa gente eran los peores alborotadores y los más violentos, y él no estaba dispuesto a aceptar ninguna clase de redimidos, porque tenía claro una cosa, cuando obligas a una persona a que piense como tú, solo haces que se empecine más en defender sus ideales, y eso lo pudo aprender de su cuñada Isabela, a la cual prefería desmontar con argumentos solidos hasta que ella no pudiera replicar nada, o simplemente dejarla hablando sola.
Camilo suspira, aprieta los ojos con fuerza antes de mirarse en el espejo. Sus ojeras eran pronunciablemente destacadas, y sus gestos de cansancio eran más que evidentes, pero desde luego que se negaba a si mismo el sueño por el ímpetu que tenía en proteger a Mirabel. Parecía un fantasma y no recordaba la última noche que había dormido enteramente.
Su cabeza era un revoltijo de grillos, cualquiera que lo viera diría que era un lunático. Exhala con fuerza antes de salir del baño, era hora de su paseo. Ya se sentía como un autentico viejo y no llegaba ni a los diecinueve, pero las apariencias en esas circunstancias era muy importantes.
A paso rápido y antes de arrepentirse sale de la casa, ya ni se molesta en saludar a nadie, no le devuelven el saludo, el descontento de su familia era totalmente evidente, pero lo que más les fastidiaba era que él reaccionaba totalmente ajeno a ello, desde luego solo se notaba que era humano todavía porque reaccionaba por Mirabel. Si ella no estuviera, desde luego que hubiera perdido la razón hace mucho.
En el pueblo todo el mundo le mira, le saluda y le sonríe, afortunadamente esa zona estaba plenamente consciente de quien era Camilo Madrigal, y quien era quien movía todo, sobre todo desde que Alma Madrigal no estaba muy en su sano juicio, prácticamente había adoptado el rol de cabeza de familia, el discurso que dio durante el funeral dejó claro que hablaba por toda la familia Madrigal y casi sin quererlo había recibido la batuta de la familia.
Sin embargo, no todos celebraban eso, desde las sombran le observaban, él sabía que estaban allí, desde luego que no era ningún ingenuo, pero le divertía hacerles creer que tenía el control total de la situación cuando no estaba ni si quiera remotamente cerca de la realidad.
Y por supuesto tampoco era un idiota como para no saber que Miranda le seguía hacía un rato, ella en su divina ingenuidad pensaba que en algún momento Camilo se cansaría de Mirabel, desde luego no por amor, pero desde luego que eso se estaba convirtiendo en su obsesión y delirio, no terminaba de entender porque no la había elegido a ella.
Y bueno, Camilo desde luego que sabía que ella estaba en ese estado, Dolores se lo había dicho. Tenía claro que ella era la más peligrosa de todos, no solo por ser la principal instigadora sino también porque su idea, independiente de tener poderes o no, el premio de ella sería el único chico que le dijo que no. Eso lo hacía completamente valioso, pero Camilo no se dejaría intimidar para complacer a una lunática, y si era el caso, lo mejor era demostrarle quien era el autentico desquiciado.
Sabía todos los movimientos de Miranda a la perfección, no era nada discreta, o al menos no para él. Y sabía cual sería su principal blanco, y en tal caso... no se lo iba a poner nada fácil, desde luego ya tenía bastante con la guerra en marcha como para tener que soportarla a ella también, pero eso iba a cambiar hoy, había pasado toda la noche meditando que debía hacer con ella, y varias ideas se cruzaron por su cabeza, algunas más siniestras que otras, ahora mismo él necesitaba descargar su furia, durante días había escuchado cosas horribles que planeaba hacer con su esposa embarazada gracias a Dolores, y hoy desde luego iba a demostrarle quien era Camilo Madrigal.
Paseó durante un rato, hasta casi llegar a una zona completamente desértica, a un punto donde estaban solos, él estaba frente a un muro alto y la tenía detrás, lo sabía, y ella estaba feliz de por fin haber podido pillarle a solas, sin embargo él la tenía justo donde quería.
Se queda completamente quieto, sin mover un musculo, escucha como ella se acerca lentamente, pero desde luego es un caballero, eso no lo olvida, y por ello al menos debe dar una aviso.
- ¿Estás segura que quieres acercarte más Miranda? - se da la vuelta para encararla - si da un paso más no pienso controlarme, te lo advierto.
Ella se muerde los labios, mirándole a los ojos, desde luego que eso no se lo esperaba, pero como no, ella ya es demasiado experimentada e ingenua como para creer que eso no tiene otra intención de advertirla, sonríe, de verdad cree que él estando ahora lejos de todo ha caído ante ella, y se prepara para ir un paso hacia él.
- Piénsatelo bien, no hay vuelta atrás - asegura
Ella sonríe burlona llevando sus manos a sus caderas.
- Lo dices como si fuera primeriza.
Camilo alza la ceja entendiendo el doble sentido que ella le da.
- Se que no estás preparada, y te lo digo como advertencia.
- Camilo Madrigal no me asustas.
- Deberías - susurra
- No, creo que eres tú quien debería dejarse llevar.
- Miranda, te estas metiendo en la boca del lobo y te está masticando - se cruza de brazos - todavía puedes salir corriendo.
Ella niega, y da un paso hacia él para provocarlo, Camilo la sigue mirando impasible.
- ¿Esa es tu elección? - cuestiona, a lo que ella asiente - date la vuelta.
Ella sonríe más pícaramente, pero accede a lo que le pide completamente ajena a todo. Y él se coloca justo detrás de ella, acerca su cabeza a la oreja de ella.
- Todavía puede correr o pedir ayuda - susurra haciendo que ella se estremezca.
- Haz lo que tengas que haces - contesta en tono emocionado.
Camilo se endereza, suspira con fuerza, y de su bolsillo saca un pañuelo el cual está completamente empapado del líquido negro que te hacía "relajarte".
- Pues entonces, buenas noches Miranda.
- ¿Qué?
Camilo reacciona rápidamente antes de que ella se de la vuelta y lleva el pañuelo a la boca y nariz de ella, forcejeando y ella intenta apartarlo completamente asustada, desde luego que ahora tenía todo mucho más sentido. Suertes golpes y forcejeos van y vienen de ambos lados, hasta que Camilo siente como el cuerpo de ella se relaja y cae profundamente en un sueño. La deja en el suelo, y vuelve a guardar su el pañuelo en el bolsillo, y la mira completamente inconsciente.
- Después no digas que no te lo advertí...
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Mirame con otros ojos
RomanceMirabel ha cambiado desde que salvó el encanto, y sus sentimientos al igual que ganas de vivir se reducen a cero, y eso es así hasta que su primo Camilo, con el cual jamás ha tenido ninguna clase de relación, se da cuenta por una pequeña casualidad...