Capítulo 25

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La sentenza di famiglia.

Mi familia, familia Ferrari.

Los Ferrari nos regamos por toda Italia, aunque pase más tiempo con Alan y Porco, lastimosamente hay más gente que carga mi apellido, esos vieran a ser ellos, que están sobre el comedor justo ahora.

En la coronilla de la mesa tenemos a Porco, su dama y Morgana a un costado sentadas una a cada lado de él, después le siguen los primos de Alan, los cuales consisten en Lorenzo, Luciano y Leonardo, en el otro extremo están sus hermanas, Fiorella, Fulvia y Francesca, todos portadores del apellido Ferrari.

Lorenzo, el mayor, está acompañado de su esposa Bianca junto a sus hijos Stela y Santino, miro al otro costado donde se mantiene su dama, y también carga a una sumisa, la cual está a sus pies, él le soba la cabeza cariñosamente a la sumisa mientras su esposa habla con su dama.

Luciano está con su esposa Beatrice e hijo Piero a su lado sentados, mientras su dama está de rodillas y él le está magreando los senos, tampoco le importa que lo estén viendo porque aquí no hay pudor.

Leonardo es el único que sigue soltero de los tres hermanos, por lo cual está sentado solo, es el menor de sus primos, por lo que el compromiso por ahora no le llama mucho la atención.

Fiorella por otro lado está con su sumiso sosteniéndolo de la correo mientras lo ata a la silla y lo trata igual que a un perro, su caballero está al lado contrario de donde están sus hijos, Valentino, Mellea y Orazia, que están atentos a una conversación que está teniendo con su padre Flavio, el cual no le presta mucha atención a las acciones de su esposa.

Fulvia está conversando con Dante su hijo, mientras su esposo Bruce está conversando con su caballero que se encuentra a su lado y tiene un collar de púas que le adorna el cuello.

Y por último tenemos a Francesca que está con su esposo Dotano, su caballero, y sus tres sumisos que están en el suelo, sus hijos Alessio, Amadeo, Amando, y Ángelo están mirando a su madre, la cual le está dando de comer con la palma de su mano lo que sirvieron de entrada a uno de sus sumisos más jóvenes que recibe gustazo la comida que le ofrecen.

Alessio y Ángelo son gemelos, hijos legítimos de Dotano, pero Amadeo y Amando que también son gemelos son hijos de su caballero, aunque muchos dudaron de esa información, ya que pensaron que podían ser de alguno de sus sumisos, pero para asegurarse les hicieron hacerse una prueba de ADN, donde se confirmó que eran hijos de su caballero.

Aunque son hermanos no se llevan bien, Alessio y Ángelo repudian a sus hermanos porque no son hijos de su mismo padre y consideran que ser hijo de un simple caballero es muy mediocre, ya que ellos no manejan casi nada en el negocio excepto de algunos pocos bares, ya que no es igual ser caballero de un General, que de una persona común entre nosotros, y ya que son hijos de su caballero, solo se harán cargo de lo que maneje su padre, por lo que sus hermanos que si son concebidos de su matrimonio se quedaran con la mayoría de los negocios.

Los Caballeros y las Damas pueden sentarse con nosotros en la mesa, pero los sumisos tienen que quedarse en el suelo porque esas son las reglas, aquí los sumisos no son parte de nada, más que un entretenimiento para su dueño, por ello no se puede tener hijos con ellos, ya que como dije se considerarían bastardos al instante.

En caso de querer tenerlos tendrían que volverse caballero, desterrando al anterior y volverlo sumiso, así intercambiarán de lugar, porque aunque ya no seas caballero, le sigues perteneciendo al que te eligió como tal, no puedes huir de él, estás destinado a vivir toda la vida a su lado.

Cuando pongo un pie dentro, se voltean a verme excepto los sumisos que tienen la mirada baja, Francesca es la primera en hablar, todos los caballeros se ponen de pie mientras los otros siguen en sus respectivas sillas.

Tentando al Diablo © +18 | Libro #1 | Genes PerversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora