Capítulo 34

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Celos.

Drake Lam.

2 semanas después.

La loca ha desaparecido por completo.

No contesta mis llamadas ni mis mensajes, tampoco nos ha llegado ninguna información sobre esa familia. Es como si se hubieran borrado de la faz de la tierra. Nuestros infiltrados en los clanes no se han reportado, ningún escándalo, ningún avistamiento, absolutamente nada en estas dos semanas que han pasado.

La última noche que la vi, fue la noche que llego a mi casa, de lo cual me han quedado malditos espacios vacíos por todo el alcohol que traía encima, solo recuerdo haber visto algo color rojo salir de mi casa, partes en las que discutía con la loca, partes en las que follabamos y también recuerdo haberme quedado medio dormido con ella.

Pero lo que sí me acuerdo con claridad es hacerme el dormido y verla irse.

Deduje que después de esa noche íbamos a tener mucho sexo durante la semana, desquitarnos, sacarnos las ganas que nos tenemos y volver a la normalidad. Ella intentando matarme y yo buscándola para encerrarla, pero nada de lo que esperé fue lo que pasó.

Desde esa noche he tenido varios flashback mientras follabamos que no sé si pasaron o no.

Como ella uniendo nuestras frentes mientras me la cogía duro, ella recorriendo las facciones de mi cara con sus dedos y mirándome de una forma o de algún modo que no puedo borrar de mi mente.

Todo me fastidia, todo me irrita y todo me apesta desde que huyó como una cobarde de mi casa quitándome y perdiéndose la oportunidad de haberla follado toda la noche y al día siguiente, después de eso se hubiese largado si así quería y no me importaría en lo más mínimo que desapareciera todo este tiempo.

Ojeo los papeles de casos por asignar y tomo uno en mis manos, revisó los involucrados, la información obtenida y asignó agentes a investigar varios lugares, por las siguientes horas me concentro en el trabajo sin salir de las paredes que rodean mi oficina.

Si quiero algo solo hace falta hacer una llamada a mi secretaria o a los principiantes que llegan a diario, que si creen que la vida aquí va a ser fácil para ellos, tienen todo la mala suerte de que yo sea su superior, porque todo lo que yo exijo tiene que ser cumplido o se largan.

Tocan la puerta de mi oficina.

- Superior –llaman desde afuera, es la señora que trabaja afuera de mi oficina-. El agente Johnson está aquí y quisiera hablar con usted –giro los ojos.

- No estoy para recibir a nadie –digo-. Si es algún informe que me lo pase a mi correo, luego lo revisaré.

- Señor Lam, es urgente –vuelve a pedir-. Se trata de una alarma C.

Eso significa que nos ha llegado algo no identificado que mandaron de afuera, normalmente nos pasa de vez en cuando, se trata de mandarnos amenazas los mismos criminales en los que estamos desplegando y nos preparamos para algún tipo operativo en su contra.

La mayoría de veces pueden ser bombas o amenazas a nuestro familiares, aunque suene grave, para mí, eso no es más que una niñería por parte de esos homicidas, así que me resbala cualquier pendejada que puedan mandar, igual solo nos toma unos pocos segundos para que podamos desactivarla, si se trata de una bomba o algún explosivo.

Lo que deberían hacer en vez de estar jodiendo es ponerse aprender cómo hacer buenas armas con las cuales atacarnos, hasta ahora nada me ha sorprendido y por lo general los que mandan esas cosas inservibles son los que no piensan antes de actuar, los que recién empiezan y no saben qué hacer esa impulsividad es algo estúpido que solamente nos facilita el trabajo.

Tentando al Diablo © +18 | Libro #1 | Genes PerversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora