Capítulo 27

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Laberinto Pt 2

El laberinto por dentro es un tan oscuro, bueno, es muy oscuro en realidad, literalmente no se ve nada, ya que las paredes de plantas son largas que cubren el resplandor de la luna, hemos avanzado algo, supongo que cuando lleguemos a la mitad se verá mejor la luna.

- ¿Alguien trajo un celular?, ¿Alguno puede prender la linterna? –pregunto a los hombres a mi lado porque yo lo deje en mi alcoba antes de bajar.

Escucho cómo se revisan los bolsillos, mientras nos plantamos ya que siento que me voy a ir de bruces con alguna roca, ni que tuviera visión nocturna incorporada, eso no me vino en el paquete cuando nací.

- Creo que lo deje en la Dimora –niega Piero

- Yo lo traje –Dante la enciende, y la luz llega a mi vida y no es una broma, porque ilumina aunque no mucho solo algunos pasos por delante de nosotros, pero es mejor que nada.

Un olor insoportable me inunda las fosas nasales.

- Huele como si se hubiese muerto alguien –digo tapándome la nariz.

- Tienes razón –Dante se pone una mano en la nariz para respirar por la boca-. ¿Hace cuanto que nadie entra aquí?, parece que no hayan limpiado esto en años.

- Está hecho una porquería –Piero repite la acción de Dante.

- Voy a vomitar las papas –me pongo una mano en el estómago.

- Siento los ojos llorosos –asegura Dante-. Este olor es infernal.

Un sonido de algo quebrándose delante de nosotros nos pone alerta, tomo el celular de Dante y soy la primera en acercarme, pero por ahí mismo me voy alejando sin hacer movimientos bruscos por el animal que veo delante de mí.

- No hagan ruido y retrocedan despacio –les susurro.

Pero es muy tarde, ya están a mi lado y delante del animal.

- Un zorrillo –susurra Dante.

- Un puto zorrillo.

- Shhhhh –los callo-. Esa mierda nos puede dejar ese olor repugnante a nosotros.

- Mátalo –le dice Dante a Piero.

- No me voy acercar a esa cosa –niega Piero-. Mátalo tú.

- No hay que matarlo –susurro-. Con suerte y se va.

El zorrillo se acomoda en medio camino como si fuera a dormir.

- Parece que no se va a ir en un largo tiempo –murmura Dante- . Vamos a llegar de últimos.

- Rodeémoslo –digo-. No voy a perder por un animal.

- El camino no es tan ancho –dice Piero-. Y esa cosa está en medio camino, lo vamos a despertar.

- Pasemos rápido –sugiere Dante y niego.

- No creo que sea buena idea, esas cosas sienten cualquier movimiento, tienen como un puto sensor de movimiento o algo así.

- Sabes mucho de zorrillos -me dice Dante con curiosidad.

- Una vez me roció uno, y les digo que ese olor no se va rápido –sentencio-. Fue una experiencia que no olvidaré.

- ¿Qué estás tomando? –pregunta Piero.

Miro a Dante, quien se está alzando una botella de vidrio, prácticamente vaciándosela en la boca, muy pronto habrá un ebrio entre nosotros.

- Si voy a morir, tengo derecho a beber mi última gota de alcohol.

- ¿De dónde sacaste esa botella?

Tentando al Diablo © +18 | Libro #1 | Genes PerversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora