Regreso
Iris Ferrari.
- Has vuelto -es lo que me sale cuando veo al hombre parado en frente.
La sorpresa de tener a Alec con una gorra negra frente a frente me distrae de todo a mí alrededor, como los gritos de Angelo mientras me aplaude, las felicitaciones de las personas, ovaciones e incluso los insultos de Porco y Francesca por mi mal desarrollo en la pelea.
- ¿Göttin te encuentras bien?, ¿Sucede algo? -me pregunta Alec acercándose a tomar mi cara mientras no dejo de ver a un lugar fijo.
Lo viste, Iris, ¿O vas a pensar que fue tu imaginación?
- Si -contesto viendo sus ojos, parece que está mucho mejor desde la última vez que lo vi-. ¿Tu estas bien? -le pregunto queriéndome asegurar de que el viaje a Alemania le haya hecho bien.
Aunque no quería soltarlo en su momento, tenía que hacerlo por su bien y él sabía que debía irse porque no se iba a olvidar tan fácilmente de lo que pasó.
- Como nuevo, he traído al señor diversión para ti -me sonríe.
- ¿Cuándo decidiste volver? -pregunto desviando el tema.
- Hace algunas horas, sentí que ya era momento de venir a verte, y me siento más que bien ahora que estoy contigo.
- Me alegra oír eso -y un segundo después me tiene estrechada contra él.
No me arrepiento de haberlo mandado, se ve mucho mejor y la chispa en sus ojos es distinta.
Sus dedos me frotan suavemente la espalda, mientras recibimos algunas miradas, nunca se me ha visto ser tan cariñosa en público por lo que es él quien me tiene apretada contra sí, yo mantengo mis brazos a los costados, mientras me susurra cosas de cuanto me ha extrañado.
En un momento se separa y estampa su boca contra la mía, y aunque no me siento tan segura de devolvérselo, lo hago por unos segundos en los que siento otra vez esa misma mirada que me quiso explotar la cabeza aquel día en el club con Theo.
Vuelvo a separarme de Alec algo desorientada caminando hacia adelante.
- ¿A dónde vas? -trata de seguirme, pero para cuando volteo Cassian se le cruza entreteniéndolo, mientras le habla de no sé qué.
Me cruzo a Mellea a medio camino quién me toma de la mano con intenciones de voltearme hacia ella pero me zafo de manera brusca dando a entender que no es buen momento para más felicitaciones o malas críticas.
Estoy algo mareada y esta vez alguien más me alcanza a tomar, un escalofrío me pone los vellos de punto.
- ¿Viniste a buscarme? -me habla alguien a quien no alcanzó a ver cuando un grupo de personas lo hacen soltar mi brazo.
Hay demasiada gente. Me estoy agobiando.
Otra vez me toman por algún lado sacándome de asfixiarme entre tantas personas y vuelvo a llenar mis pulmones de oxígeno cuando lo veo.
- Eres tú.
Respiro con normalidad cuando lo noto, viendo que a nuestro alrededor no hay nadie, así también como me fijo en las cámaras las cuales para mi suerte no detecto, no me afecta el hecho de que esté aquí, debido a que no le da tanta ventaja si es lo que cree.
- Muñequito.
- Te he dicho que no me llames de esa forma -sisea entre dientes y por alguna razón se ve cabreado.
- Hazte nomas, yo sé que a ti te encanta que te llame así -le sonrió, pero él parece querer lanzar rayos láser en mi dirección con sus ojos-. Por curiosidad, ¿estas emputado por algo? -bufa.
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Tentando al Diablo © +18 | Libro #1 | Genes Perversos
Mystery / ThrillerLibro 1: El Diablo corre por mis venas. Iris Ferrari vive en una comunidad regida por un General que se cree rey y puede manejar a todos como le dé la gana, además de ser su padre. Esta es nuestra comunidad, nuestro pueblo, somos Legislazione. Nadie...