Hablando con la Luna.
Todos estamos sentados escuchando a mi padre, más bien nos está insultando en la cara.
Súper divertido.
Los regaños se detienen cuando mi abuelo viene con galletas y leche, trae una sonrisa en la cara de se los dije, mientras la furia de Porco aumenta a niveles astronómicos.
Me levanto para tomar una, se ven buenas, tienen pintitas café.
- Iris, vuelve a sentarte -Porco le quita el seguro a su arma dando tiros al techo, tratando de que vuelva a mi asiento, me siento de mala gana.
Alan nota mi cara, y me ofrece las galletas junto con el vaso de leche, como una.
- Quiero la receta -le digo a mi abuelo-. Están buenísimas.
- Tienen una taza de azúcar, diez cucharadas de harina, dos huevos, chipas de chocolate y un toque especial de esencia de vainilla.
Enlista y anoto en mi mente.
- La vainilla es opcional, lo vi en un tutorial de internet. Es una plataforma muy útil hasta te enseñan cómo abrir un auto paso a paso, el otro día vi cómo... -la suela de un zapato contra el piso lo distrae-. Porco ese sonido con el pie, me está molestando.
Miro a mi padre, quien está a punto de explotar, pero se contiene.
- ¿Seguro que no quieres una?, tienen pintitas de chocolate -mira a Alan.
- No, gracias, así estoy conforme -dice entre dientes. Alan asiente complacido.
Algo le hizo mi abuelo, estoy segura.
- Padre, lamento decirte que tu tiempo pasó. Es mi turno -hablo en voz alta levantándome del mueble, con un profundo dolor en mi alma, dejo mi comida con Alan.
- Volveré –le susurro a la galleta.
Adiós deliciosa masa horneada.
- El próximo enfrentamiento me toca a mí, gracias padre por tu maravillosa jugada que los llevó a la victoria -me acribilla con los ojos-. Toma asiento, por favor.
- Mejor es que tengas algo bueno en mente -guarda el arma, y se sienta como los demás.
- No lo tengo aún -lo corrijo-. Las cosas para que salgan bien debes hacerlas tú mismo, por eso tu plan no funcionó.
- ¿Y cómo piensas hacerlo? -se burla de mí.
- Excelente pregunta -le digo-. Bombón, tráemelo.
Uno de mis guardias favoritos se acerca con la carta en las manos, apenas la recibo, y él ya está en el suelo con el tiro que le dieron.
- ¡Alec! -me mira molesto «no estoy para pataletas».
No está de humor.
- ¡Eso, eso mismo debiste hacer cuando te tenían retenido, pero en cambio no serviste para nada, y así te haces llamar Capitán! -le acusa mi padre volviendo a lo mismo de una hora atrás, va a responder, pero interrumpo.
- Suficiente -rasgo el sobre, una sonrisa aparece en mis labios cuando leo el interior.
Viejo amigo.
- ¡Deja de reírte como retrasada y habla!-espeta mi padre molesto.
- Por ahora, no tengo más que decir, les avisaré cuando sea nuestro próximo enfrentamiento -termino con la reunión pasando a lo bueno.
No llegue con las manos vacías.
- ¿Es enserio? -dice mi padre-. Espero que sea una puta broma.
ESTÁS LEYENDO
Tentando al Diablo © +18 | Libro #1 | Genes Perversos
Mystère / ThrillerLibro 1: El Diablo corre por mis venas. Iris Ferrari vive en una comunidad regida por un General que se cree rey y puede manejar a todos como le dé la gana, además de ser su padre. Esta es nuestra comunidad, nuestro pueblo, somos Legislazione. Nadie...