Capítulo 5: Tengo que controlarme.

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Capítulo 5: Tengo que controlarme.

Al salir de la universidad, fui directamente a la librería que quedaba de camino a mi residencia, me paseé por los estantes hasta que di con los libros de Hades Parker, y es que él no tenía uno solo publicado, tenía varios, pero yo elegí el que había visto en su consultorio porque me pareció interesante y realmente quería leerlo.

Lo que más odiaba era la manera en la que me hacía sentir, como si estuviera fuera de mí, como si no pudiera controlarme.

Vi también un libro llamado "Como combatir el deseo hacia alguien" de una psicóloga y lo compré, es decir, tenía que aprender a controlarme por completo si Hades Parker iba a ser mi profesor, y tenia que discimular el hecho de que yo no paraba de verlo como una hamburguesa andante después de todo un día de ayuno.

Me negaba a que él controlara mis emociones, era algo que nunca me había pasado; un deseo tan intenso que me descontrolara.

Fui a mi residencia, mi compañera de piso Saraelí no estaba, ella siempre llegaba tarde porque trabajaba en un restaurante todas noches, lo primero que hice al llegar a casa fue cambiarme a algo más cómodo y sentarme en el sofá para comenzar a leer el libro de "Como combatir el deseo hacia alguien", estuve casi dos horas pegada al libro leyendo cada párrafo sin detenerme ni desenfocarme, estaba tan adicta que ya llevaba la mitad y había aprendido un montón de cosas como:

La primera: No mirarlo, ni a la cara ni en general.

La segunda: Ocuparte en tus proyectos.

La tercera: Tratarlo como si te diera igual su atención, no ponerlo en el primer lugar de tu vida.

En resumen, eso era lo que había aprendido hasta ahora. Pero aún no había llegado a la parte de como recordar respirar bien y evitar que tu corazón siguiera acelerado casi sufriendo de un paro cardiaco cuando fijaba sus hermosos ojos en mí.

Su mirada era tan penetrante que podía remover todo dentro de mí en cuestión de segundos.

Tenía que comenzar a dejar de verlo como el ser supremo que se creía, evidentemente a los egocéntricos como él; inteligentes y guapos, pensaban que tenían el mundo a sus pies y les llovían chicas a montones, por eso siempre tenían esa actitud de seguridad que tanto nos atraía como imanes al metal.

Pues conmigo no.

Sí, él creaba miles de emociones en mí, pero él estaba acostumbrado a eso, y me negaba a seguir alzándole el ego inflado, le daría la ley del hielo, tomaría mi distancia y le hablaría únicamente lo necesario para cosas puntuales.

Ya me aseguraría de alejarme de Hades Parker.

No iba a dejar que mis sentimientos y emociones dominaran mi cuerpo mucho menos por alguien que acababa de conocer.

Iba a seguir devorando el siguiente capítulo del libro para entender como tratar con normalidad al doctor papito, pero entonces vi el libro de "Dominio Mental" de Hades Parker... tal vez pudiera darle una ojeada por curiosidad y ver qué clase de cosas el sabía, cuando de repente tocaron la puerta de la residencia robando mi atención, fruncí el ceño, no esperaba visitas hoy.

¿Hades Parker?

«No, no seas boba, Nube, no porque lo pienses todo el tiempo va a aparecer de la nada».

Me levanté del sofá arreglando el borde de mi vestido en mis piernas y abrí la puerta de madera sin ver por el picaporte.

—¡Tía esponja!

10 veces tuya (#1) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora