Capítulo 22: Juguemos

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Capítulo 22: Juguemos

Entreabrí los ojos cuando comencé a despertarme, ¿Qué había pasado? Tenía una cobija cubriéndome del frio, estaba acostada en un cómodo y esponjoso sofá, lo primero que vi al alzar la vista fue a Hades Parker sentado a mis pies casi en el otro extremo del mueble con la computadora sobre sus piernas y sus dedos escribiendo fervientemente sobre el teclado, sus gafas adornaban su rostro y joder, lo hacía ver muchísimo más atrayente.

—Hades —susurré encontrando mi voz ronca.

—Hola, Nube —dijo volteando a verme con esa forma misteriosa donde se quitaba los lentes y fijaba su mirada en mí dejándome sin aliento.

Mierda.

¿Cómo era posible que siempre pareciera tener ese efecto en mí donde me paralizaba el corazón con solo mirarme?

«Debes calmarte Nube, respira, recuerda que lo ibas a olvidar».

Sí, lo iba a olvidar, pero aquí estaba él; frente a mí como si se rehusara a que lo dejara de lado.

Aclaré mi garganta y fijé mi mirada alrededor para disimular un poco, paredes bien pintadas, adornos costosos, ya sabía dónde estaba.

—Uhm, estoy en tu casa —murmuré lo obvio.

—Estabas desmayada, no sabía dónde estaba la llave de tu residencia —dijo—, no tuve más opción que traerte hasta acá.

Oh.

Como no, yo intentaba alejarme de Hades y ahora por cosas fuera de mis manos había vuelto a su casa.

«Bravo Nube».

Miré mi rodilla la nueva ranura que se había hecho mi pantalón mostraba la herida de mi caída, estaba cicatrizada, solo había una ligera línea apenas visible algo rojiza, literalmente fue tan solo un rasponcito diminuto.

—El medico te hizo la cura —explicó Hades al ver lo que yo veía, pasé una mano por encima notando la textura ya casi completamente inexistente.

—¿Tienes un médico? —pregunté incrédula.

—El médico soy yo. —replicó como si fuera tonta.

Me reí un poco porque se me había olvidado por un momento, y para mi sorpresa él también soltó una ligera carcajada, y aquí estaba yo, completamente hipnotizada viéndolo reírse porque era la primera vez que escuchaba su ligera carcajada, incluso lucía más sexy... si eso era posible.

—Nunca te había visto reírte así con ganas, ya sabes, con los dientes —dije—, incluso pensé que no tenías dientes.

Él volvió a reírse un poco esta vez pareciendo ligeramente avergonzado.

—Que ocurrente, Nube. —murmuró.

—Era en serio. —me reí un poco ante nuestro pequeño momento de familiaridad y entonces, volví a mirar la herida para decir: — Soy un poco sensible a la sangre, por eso me desmayé.

—Lo noté. —se limitó a decir con algo de burla.

Lo miré y es que extrañamente sentía que estábamos un poco más familiarizados el uno con el otro; se sentía diferente, más real. Relamí mis labios tocando el collar que me dio, ahora me sentía terrible por haberlo ignorado tanto sabiendo que no lo merecía únicamente por miedo.

Por miedo a enamorarme y que él me echara a un lado como le pasó a mi madre.

—Hades yo... —comencé a decir, pero él me interrumpió diciendo:

—No voy a presionarte a hacer algo que no quieras hacer, Nube —sus ojos observando mi collar y luego mi rostro—, cuando estes preparada voy a estar aquí para que vengas a mí.

10 veces tuya (#1) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora