Capítulo 15: Hipnosis Erótica.

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Capítulo 15: Hipnosis Erótica.

No comprendía lo que había acabado de decirme, casi como si me hubiera hablado en mandarín.

¿Hipnosis erótica?

Tragué pesadamente saliva como si esto fuera algo irreal y me atreví a sostenerle la mirada sin hacer el intento de ocultar mi duda, no sabía por qué de repente mis manos estaban tan frías.

—¿Qué es eso? —pregunté por fin.

Él estiró la comisura de sus labios en una leve sonrisa, sus ojos deslizándose por mi rostro probablemente analizando mi expresión en una mezcla de miedo e incredulidad, hasta que finalmente dijo:

—No te asustes, no es nada que no sea placentero.

«Ay, pero si me lo dices así...»

—Pero —tragué pesadamente saliva—, primera vez que escucho eso de la hipnosis erótica.

No sabía qué pensar, ¿fetiche? ¿pero de qué trataba ese fetiche?

—Para algo soy tu profesor, para explicar tus dudas. —se inclinó hacia mí e involuntariamente dejé de respirar, él relamió sus labios pareciendo ligeramente entretenido— No te pongas nerviosa, Nube.

¿Cómo no estarlo con alguien que leía tan bien mi lenguaje corporal que casi sentía que leía mi mente?

Me sentía desnuda ante él a pesar de que estaba vestida.

—Okey.

—Escucha —comenzó a explicar—; La hipnosis erótica es prácticamente inducir a otra persona en un trance profundo, un estado hipnótico. Cuando estés en ese estado, pondré sugerencias de lo que quiero que hagas en el juego sexual, y estarás bajo mi dominio puro, voy a controlar tu mente, tu cuerpo y tus sentimientos, todo bajo tu consentimiento.

«¿Qué mier...?»

¿Eso era posible? ¿ser como el títere de alguien?

No.

Como el títere —sexual de alguien.

Pestañee varias veces intentando asimilarlo, mi corazón acelerado solo me daba intranquilidad.

—¿Hablas en serio? —dije intentando saber si bromeaba o no, Hades no hizo ninguna expresión en su rostro que delatara alguna emoción.

—Sí. —dijo simplemente.

—¿Y por qué yo querría hacer eso? —dije, estar a merced de alguien que tuviera completo dominio de tu cuerpo me parecía atemorizante y hasta un poco retorcido.

Él acarició mi cabello llevándolo detrás de mi oreja.

—Por placer —susurró—, te dará placer, y me dará placer a mí.

Tragué nuevamente en seco.

—¿Te da placer controlarme? —pregunté.

—Me da placer follarte mientras soy dueño de tu mente —dijo—. Follar tu mente es mi intención.

Sentí mi piel erizarse, mi corazón casi se me iba a salir por la boca.

—¿Y si mi mente no te obedece? —pregunté.

—Debes estar en un estado mental correcto para relajarte completamente y entregarte a mí —dijo—. La confianza que me tengas será la base para una hipnosis exitosa.

No creí que existieran esos fetiches, joder, que extraño y llamativo a la vez.

«Eres una enorme contradicción, Nube».

10 veces tuya (#1) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora