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Capítulo 30: Pasión en el jacuzzi, Parte I
Cada rincón que veía de la casa me deslumbraba, todo estaba perfectamente pintado y decorado con grandes cuadros de paisajes, cada rincón perfectamente conservado.
—¿Tu abuelo te dejó esta casa o toda la isla? —pregunté mientras terminábamos de subir las escaleras.
—La isla —dijo simplemente, como si no fuera la gran cosa, como si todos tuvieran una isla con una deslumbrante mansión en medio y personas armadas custodiándola.
«¿En qué te estas metiendo, Nube?»
A la mierda, ya estaba metida en este misterioso mundo que era; Hades Parker.
—¿Eras muy apegado a tu abuelo? —continué preguntando.
—Mi abuelo —dijo abriendo la puerta de la habitación— fue el que me crió.
¿Su abuelo lo crio?
Bueno, ahora tenía muchas más incógnitas que antes, ¿qué había pasado con sus padres?
—¿Y tus padres...? —continué, pero él entró a la habitación soltando mi mano dejando mi pregunta suspendida en el aire.
Oh.
«Estas preguntando demasiadas cosas, recuerda que no le gusta que lo atosigues de preguntas».
Tragué pesado, tampoco quería fatigarlo de tantas preguntas, pero sí me daba mucha curiosidad saber qué había pasado con él.
«Poco a poco, Nube».
Entré a la habitación, era muy amplia, creo que, del mismo tamaño de la sala de Hades, una enorme cama de sabanas blancas estaba en medio, las vista a través de los vidrios transparentes era deslumbrante, hacía ver la playa cristalina en todo el horizonte.
—Ven. —dijo Hades, voltee a verlo justo cuando él entró a una habitación, sus labios estirándose en una leve sonrisa que, a mi parecer, lucía malévola invitándome al infierno desconocido.
¿Qué podía decir? Ya había caído por él desde el primer momento que nuestras miradas se cruzaron en ese consultorio, solo que tenia que guardarme todo esto porque algo que comenzaba a entender era, que a Hades no le gustaba hablar de sentimientos y despreciaba el amor.
Suponía que no todo podía ser perfecto con este hombre, su gran defecto era que tenía un corazón más duro que el iceberg de Titanic.
Lo seguí a la puerta donde él había entrado, quedé con la boca ligeramente abierta observando que era un baño.
Pero no cualquier baño.
Todo era de color dorado con detalles blancos dando la impresión de ser oro, había un enorme jacuzzi burbujeante donde salía ligero vapor caliente y burbujeante.
Vaya, eso se veía muy delicioso.
Hades caminó hacia las escaleras y me estiró la mano, yo tragué en seco acercándome a él a su petición muda, sus ojos dorados fijos en los míos revolviendo todo dentro de mí... y es que él podía revolver mi mundo solo con una simple mirada.
«Respira, cálmate, no es como si fuera la primera vez...»
Es que no era la primera vez que estábamos juntos, pero con Hades siempre se sentía como si lo fuera.
Tomé su mano sintiendo mi piel erizarse cuando me ayudó a subir, en el último escalón detuve quitándome mi calzado, luego me solté de él para quitarme el vestido quedándome solo con mi traje de baño, podía sentir su mirada fija en mí, pero no lo miré, sentía que si lo hacía iba a abalanzármele encima.
Así de urgente era mi deseo por él, creciendo cada vez más y apenas nos habíamos rozado las manos.
Tomé nuevamente su mano metiendo un pie al jacuzzi para probar la temperatura, me estremecí un poco.
—¿Qué tal está el agua? —preguntó Hades.
—Perfecta —confesé terminando de meter la pierna, luego la otra y entré en el agua tibia mojándome hasta el cuello, las burbujas como un suave masaje relajante en mi espalda.
Nunca había estado en un jacuzzi antes, menos con alguien parecido al rey del inframundo.
Hades entró al jacuzzi sumergiéndose por completo, no lo vi por un instante hasta que de repente apareció frente a mí saliendo lentamente, el agua escurriéndose de su cabello, su rostro y su torso como todo un dios del mar, tragué saliva sintiendo todo mi cuerpo más caliente que la lava cuando pegó su pecho al mío, sus manos acorralándome cuando los colocó a cada lado de mi cuerpo en el jacuzzi, su mirada oscurecida fija en la mía pareciendo querer traspasarme cuando se inclinó hacia mí, creí que me besaría, pero siguió bajando de modo que sus labios rozaron mi oído ocasionando que dejara de respirar cuando murmuró:
—Cierra los ojos.
Y lo hice.
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10 veces tuya (#1) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!
RomanceHades Parker no es normal, él tiene un tipo distinto de placer, disfruta jugar. No, no es el tipo de juego de PlayStation, él encuentra pasión en otras cosas con alguien que quiera jugar con él. -Solo serán diez veces -dijo Hades Parker- ¿Quieres j...