Capítulo Quince.

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13 de agosto, 2014.

- ¡Lauren, espera un momento! - frené mi paso y volteé a ver. El chico rubio terminó de acercarse con una sonrisa en su rostro. Tengo un par de semanas de trabajar en la editorial, sin embargo, muchos ya me conocían por mis amigos.

El chico traía puesto un traje en un tono azul rey, lo que hacía que sus ojos resaltaran.

- Te ves muy bien hoy. - sonrió. No pude evitar reír por lo bajo. No creo que sea un chico como Mike, es más tipo Jay.

- Gracias... - dejé la frase al aire para que él me dijera su nombre. - ¿Derek, cierto?

- Sí... Soy Derek. - extendió su mano para estrecharla con la mía.

- Fue un gusto... debo irme. - traté de darme la vuelta para seguir mi camino.

- ¿Te gustaría ir a una fiesta la próxima semana? - fruncí el ceño. - Hay una fiesta neón la semana que viene, estará genial.

Ladeé la sonrisa y negué con la cabeza.

- Lo siento, no salgo sin mis amigos. - No soy mentirosa, no digo toda la verdad nada más.

- Ellos también pueden ir. - este es el momento donde quieres apretarle las mejillas como se supone que lo hacen las abuelas, por ser tan dulce. - Toma, esta es la invitación. - me entregó un papel, lo tomé y observé.

- Vale, eres muy dulce. - le di una sonrisa para después emprender mi camino de vuelta a mi espacio de trabajo.

Molly, mi compañera de cubículo, estaba sentada muy concentrada en su computadora. Me senté en mi silla y volví a mi trabajo.

Una de las razones por las que me gusta lo que amo es el simple hecho de que las personas confían en mí y me dejan usar mi imaginación y creatividad para crear algo que nadie más tendrá. Un diseño solo para ellos.

La publicación del libro de misterio fue hecha la semana pasada y ahora cada vez que voy a una librería siento un vacío en el estómago. Un libro tiene mi diseño como portada. Obviamente, apenas fue lanzado obtuve mi copia.

***

- Pequeño ángel. - salí de mi mundo. Miré a Molly y no pude evitar reír. - ¿Vamos a almorzar, vienes? - asentí, comencé a guardar mis cosas en el bolso. - ¿Cómo has estado Molly? - volteé a ver a Mike con mala cara.

- Bien... muy... muy bien - contestó nerviosa. - ¿Tú?

Molly es una chica de mi edad, introvertida, nerviosa, tímida y temerosa. Es hermosa, rubia de ojos celestes, delgada, alta. Con un talento enorme para las artes. Y desde que comenzó a trabajar ha estado enamorada de Mike.

El gran maldito busca la manera para ponerla nerviosa, siempre que puede.

- Estoy jodidamente atractivo, pero estoy seguro que eso ya lo sabías. - pasé al lado de Mike, pisando su pie izquierdo al propósito. - ¡Auch!

- Nos vemos ahora Molly. - le sonreí. - Camina Mike. - él salió riendo.

Es gracioso caminar por la editorial y escuchar los susurros de las chicas, el cincuenta por ciento de las chicas que trabajan acá están enamoras platónicamente del hijo del dueño. El veinticinco, están embobadas con el dulce y jodidamente guapo de Jay. Y el veinticinco por ciento restante, son señoras casadas, que los ven como si fueran sus hijos.

Mike pasó su brazo por encima de mis hombros, acercándome a él.

- Déjame decirte que te ves de puta madre. - dijo en mi oído. - Vestir formal te queda de maravilla y das una puta vista maravillosa. - se alejó dándome un guiño. Provocando suspiros, gruñidos y quejas de parte de las chicas.

En tu mente. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora