26 de noviembre, 2014.
Di por finalizado el informe que estaba escribiendo en la computadora, esta es la parte que me aburre de mi trabajo, la parte donde debo hacer papeleo, informes, cartas y documentos para administración. Y como si no fuera aburrido tengo a Mike, que cuando se trata de su trabajo y la editorial, se vuelve un dolor de trasero.
Envié el correo y cerré el documento, guardándolo en una carpeta. Me arregosté en mi silla, pasé mis dedos por mi cabello, peinándolo hacia atrás. Escuché que tocaron la puerta, di la orden de pasar, ésta se abrió dejándome ver al rubio.
- Dime que no traes otro sobre ni nada parecido. - él dio una mueca.
- No es exactamente un sobre... Parece una tarjeta. - se acercó y me la alcanzó. Le di una sonrisa. - El señor Johnson le envía esto. - me tendió una bolsa de cartón, la tomé y miré. Un cupcake de chocolate.
- Gracias Dom. - él asintió y salió, cerrando la puerta detrás de él.
Tomé el teléfono y tecleé un mensaje a Jay, quien contestó dos segundos después. Nadie dice que está sumamente ocupado.
Miré la tarjeta. La abrí y dentro estaba escrito en mano escrita la frase "Abre los ojos, mira la realidad y cree en ti. No todo lo que piensas es erróneo." Un escalofrío recorrió mi cuerpo, de nuevo un anónimo.
Dejé la tarjeta en la gaveta. Mi teléfono comenzó a sonar, lo tomé frunciendo el ceño, miré la pantalla y me confundí aún más.
- ¿Hola? - dije una vez que había contestado. Del otro lado de la llamada escuché un sollozo. - Hannah si es una maldita broma te juro que te mataré. - hablé fría.
- ¿Puedes venir a recogerme? - dijo después de lo que supongo fue un sollozo.
- ¿Dónde estás? - pregunté levantándome. Tomé el bolso.
- En Blooklyn. - sentí mi cuerpo enfriarse. Ella me dio la dirección.
- Ya voy para allá. - colgué la llamada.
En ese momento recordé el gran problema... no tengo auto aún. Bajé dos pisos y entré al despacho de diseñadores. Sentí la mirada de muchos, aunque los ignoré. Encontré al que estaba buscando y me acerqué.
- Esto parecerá raro, pero necesito un favor tuyo. - Derek levantó la mirada, abriendo sus ojos con sorpresa y frunciendo su ceño.
- Sí claro. ¿Qué necesitas?
- ¿Traes tu auto? - Él asintió - Necesito que me lo prestes. Te lo devolveré en un par de horas. - Él frunció el ceño - No puedo pedírselo a Mike ni a Jay.
Él pareció pensarlo por un momento, por mi cabeza solo pasaba la voz quebrada y asustada de Hannah. Derek sacó las llaves de su bolsillo y me las entregó. Le agradecí y salí.
ESTÁS LEYENDO
En tu mente. [Editando]
Ficción GeneralUn pasado complicado. Un presente confuso. Un futuro inesperado. Un accidente traumático. Un despertar atónito. Una sorpresa inexplicable. Una pista desconcertante. Una huella difuminada. Y una verdad escondida. Conoce el...