Capítulo Cincuenta y dos.

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28 de enero, 2015.

Toqué la puerta de la habitación, escuché un "pase" desde adentro. Abrí la puerta y entré, encontrándome a Hannah sentada frente al escritorio con la mirada perdida en su computadora, fruncí el ceño y me senté en el borde de la cama.

Reprobó una materia por lo que debe repetir el año completo y eso la ha tenido algo desanimada, porque no se pudo graduar el año pasado.

- ¡Deja de ver esa estúpida página! - dije sobresaltándola.

- Un estúpido punto, eso fue lo que me hizo falta. Maldito profesor. - habló sin quitar la mirada de la pantalla.

- Hannah, insultando el monitor no vas a lograr nada. - ella dio un bufido y se arregostó al respaldar de la silla, pasó sus manos por su rostro, frustrada.

- Debí salir el año pasado y entrar a la universidad este. - despeinó su cabello. - Ya voy un año atrasada.

Reí por lo bajo. Quién diría que la chica ruda y problemática que vino a vivir con nosotros es la misma chica que se está reprochando haber reprobado. Ella me volteó a ver frunciendo el ceño.

- No eres la primera y te aseguro que no serás la última chica que sale un año atrás. - ella ladeó su cabeza y negó.

- Pero me siento como retrasada... - la interrumpí.

- ¿Gracias? - dije riendo - Hannah, tu hermana también se retrasó saliendo de la secundaria... - esta vez fue ella la que me interrumpió.

- Joshua sí salió bien y con notas de honor. - rodó sus ojos.

Asentí haciendo una mueca, la que hizo reír a la castaña.

- Tú hermano es un caso aparte, el chico por poco es perfecto. - dije riendo - Mike y yo salimos un par de años atrás, Nathan terminó la secundaria el año pasado porque se salió. Hannah, todo fueron decisiones, ¿crees que no he pensado que si no hubiera estado en el psiquiátrico o viviendo en Brooklyn hubiera terminado en el año que debía?

Miré mi celular, tenía cuarenta minutos para llegar a la oficina.

- Alístate, vas conmigo a la editorial. - me levanté y dirigí a la puerta.

Adoro los días en los que entro tarde, puedo dormir más.

****

Esperé a que me entregaran los cafés por la ventanilla. Hannah llevaba de su música, no tiene mal gusto en realidad, pero es diferente al mío. Gracias al cielo puso un artista del que sí me sé algunas de sus canciones. Tomé el portavasos con los cuatro cafés y se los di a Hannah.

Puse el auto en marcha de nuevo, con dirección a Manhattan.

- ¿Has salido con Nathan? - me atreví a preguntar. Ella casi se atraganta con el sorbo de café.

Reí por lo bajo.

- No. - contestó cortante. Fruncí el ceño, iba a preguntar la razón, pero ella me interrumpió. - Creo que fue un error y por eso arruiné todo.

Negué con mi cabeza inmediatamente.

- ¿No te ha enviado ningún mensaje ni nada por el estilo?

Esperé su respuesta ya que mi mirada estaba en la carretera y la cantidad exagerada de vehículos.

- Sí, pero cuando intenté aclarar lo que sucedió simplemente desapareció. No me contesta.

Di un bufido y rodé los ojos. No es la primera vez que lo hace, aunque lógicamente eso Hannah no lo sabe.

En tu mente. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora