Capítulo Cincuenta.

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19 de enero, 2015.

Cerré la puerta del auto, vi a Nathan acercarse a la cajuela y sacar el bolso de ella. Di un respiro pesado, él me dio una media sonrisa. Estamos conscientes de que estamos a segundos de entrar en guerra. Él se acercó a mí, pasando su brazo por mis hombros y dejando un beso en mi cabeza.

- ¿Lista, soldado? - ladeé mi sonrisa. - Digas lo que digas te apoyaré, solo intenta no hundirme mucho.

Rodeé su torso con mis brazos, dejando mi cabeza en su pecho. No me siento bien, estoy cansada, dormí dos horas, estoy a punto de tener una fuerte discusión con mis mejores amigos y novio; pero lo que me tiene peor es el saber que alguien me conoce y a mi madre, aunque yo no sé quién es.

- Me disculpo por todos los problemas que te daré. - dije en susurro, lo escuché reír por lo bajo. - Gracias por acompañarme.

- ¿Crees que me perdería volver a ver a la pequeña Eli trabajando? - Alcé la cabeza para mirarlo - ¡Pues no! Puedo hackear sistemas de seguridad nacional y todas esas mierdas, o desactivar una alarma en segundos, pero aún me pregunto cómo diablos abres una ventana con una jodida cuchilla o cómo puedes revisar una habitación, todos y cada uno de sus rincones, sin que el dueño se entere.

- Creo que la dueña de la habitación si se enterará. - Él rió por lo bajo y asintió. Me alejé y tomé mi bolso, colgándolo de mi hombro. Entramos al hotel, iba rezando internamente porque no aparecieran en medio pasillo, de lo contrario desearía que me tragara la tierra.

Llegamos al piso en el que estaban las habitaciones, las puertas del elevador se abrieron y pude sentir mi piel empalidecer y mi temperatura descender. Estuve tentada a cerrar las puertas y huir.

Sentí la mano de Nathan sacándome fuera del elevador, llevándome casi arrastrada hacia la multitud. Joshua apresuró su paso, traía el ceño completamente fruncido, llegó hasta mí, tomó mi rostro en sus manos, mi mirada cayó en la suya, sus ojos estaban más oscuros, con un poco de ojeras.

Ladeó mi cabeza para un lado y al otro, revisó cada facción. Dio un bufido y se alejó. Fase sobre protector superada, empieza fase enojón.

- ¿Dónde demonios estaban? - di un paso hacia atrás. Alcé la mirada para observar a los demás, Hannah tenía su vista dirigida al castaño junto a mí, Mike y Kyle miraban algo sorprendidos. Alex estaba arregostado a la pared, con sus brazos cruzados sobre su pecho, su vista estaba hacia el suelo.

Sentí un fuerte impacto contra mi mejilla, abrí la boca sorprendida y por instinto llevé mi mano a la zona golpeada, ardía. Sacudí mi cabeza y llevé mi vista hacia Scarlette. Enarqué mi ceja.

- No me mires así, te mereces eso. - Habló enojada - ¿Por qué diablos no contestaron los teléfonos? ¿Dónde rayos se metieron? ¿Qué estaban haciendo? Los dos tienen un  jodido teléfono moderno, pudieron por lo menos poner un maldito mensaje diciendo que estaban vivos y que no los habían secuestrado para venta de órganos. - dijo exageradamente rápido.

Tomó aire, Nat iba a hablar, pero lo interrumpieron.

- ¿Lauren Elizabeth, vas a explicar? - miré de mala gana a Jay.

- Más te vale que sí, porque si no lo recuerdas, tienes un novio que intentó comunicarse contigo todo el maldito día de ayer y toda la madrugada, ¿no has visto las ojeras horribles que tiene? - Alex alzó la mirada - Sin ofender - dijo hacia él - Nada más míralo y mira a Joshua. Pudieron avisar, hubiéramos ido con ustedes adonde sea que fueron.

Su boca se abrió y se cerró como si estuviera sorprendida o asustada.

- ¿No estás engañando a Alex con Nathan, verdad? - preguntó en un tono más bajo, entre dientes y con una mirada de querer matarme si contestaba con una afirmación.

En tu mente. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora