Capítulo Cuarenta y seis.

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3 de enero, 2015.

Tomé mi café para dirigirme a la mesa externa del lugar y sentarme, seguidamente llegaron Scar y Hill riendo de alguna estupidez. Saqué un cigarrillo y lo encendí, les ofrecí a ellas, aunque ambas lo negaron, me encogí de hombros y los guardé de nuevo.

- Creí que ya lo habías dejado. - Scar señaló el cigarro. Expulsé el humo.

- No fumo todos los días. - me defendí.

- Déjala, está estresada, Alex se va en dos días.

No estaba estresada, pero ahora gracias a Hill mi nivel de estrés aumentó.

Alex se irá una semana con Lucy a Orlando, como regalo de cumpleaños para la pequeña. Kyle no puede acompañarlos por todo el asunto del juicio y aparte de eso debe ir a la empresa en esos días.

- ¡Gracias Hillary! - rodeé mis ojos.

- Vale, estás de malas. - dijo dándole un sorbo a su café.

Le di otra calada a mi cigarro, sentí la mirada de Scar sobre mí.

- ¿Qué te pasa? - preguntó con sus ojos entrecerrados.

- Nada. - contesté cortante.

- No estás así por Alex - aseguró.

Es la verdad. Lo quiero, pero es una semana. Tampoco lo esclavizaré a pasar conmigo.

- Tú tienes algo más. - se inclinó hacia adelante. - ¿Estás embarazada? - preguntó curiosa. Hill por poco escupe el café.

La miré por un minuto sin decir nada. Le di un sorbo a mi café.

- Par de niños pervertidos, no pudieron guardar castidad. - dijo Hill dándome una mirada pícara. - Ahora usarán la excusa de que el condón no les funcionó.

- ¡Oh por Dios, Lauren! - chilló sorprendida. - ¿Ya le dijiste a Alex? ¿Es de Alex, cierto? - levanté la vista de nuevo, dándole una mala mirada. - Vale, solo preguntaba. ¿Hace cuánto sabes?

No pude evitar la risa, sus miradas cambiaron a una confundida, su ceño se frunció.

- Scar... No estoy embarazada. - dije riendo.

- ¿Y por qué no lo dijiste desde el comienzo?

- No me dejaste contestar. - dije mirando mi teléfono, tenía un mensaje de Kyle, bueno en realidad es Lucy desde el teléfono de su padre, Alex le enseñó cuál es mi número y cómo me puede enviar audios.

Ella tomó su café y le dio un sorbo, arregostándose en su silla sin quitarme la vista de encima.

- Si no es un pequeño demonio en miniatura, ¿qué tienes?

- Me imaginé un pequeño de ustedes - dijo Hill saliendo de su trance. Fruncí mi ceño y sacudí mi cabeza.

- Yo también. Sería un amor, bueno... exceptuando el carácter de mierda que tiene Lauren, el niño sería adorable.

- Quizás con los ojos azules grisáceos como los tuyos - agregó mirándome acosadoramente. - ¿Cómo sería su cabello?

- Buena pregunta, podría ser castaño o pelinegro.

Terminé mi cigarro y lo apagué.

- Yo soy castaña - las interrumpí en su charla entretenida.

- ¡Será castaño! - gritó Hill.

Golpeé mi frente con la palma de mi mano.

- Que yo recuerde no salimos para que intentaran sacar la genética de mi supuesto bebé el cual no está engendrado, pero que ustedes ya planificaron - dije haciéndolas reír - vinimos a tomar café porque hay muchas cosas que yo no sé. ¿A cuál interrogo primero?

En tu mente. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora