20 setiembre, 2014.
En este momento no sé si es que el mundo se está moviendo más rápido o si soy yo la que estoy girando. Todo gira a mí alrededor, las luces del lugar me ciegan cada vez más, la música con el volumen bastante elevado es lo que crea este ambiente tan genial... Creo que me pasé de tragos.
Dejé que mi cuerpo se moviera al ritmo de la música, aunque lo siento tan pesado que si me balanceo mucho caeré. En algún momento alguien me acerca a la barra, el tipo me da vuelta para que quede de frente a él, me siento tan fuera de mis sentidos que no logro identificar quién es. Solo logro observar que es bastante guapo y que está igual de tomado que yo. Aunque no confío en eso de ser guapo, normalmente con algo de alcohol todos se ven guapos.
Él pasa uno de sus brazos por mi cintura y su otra mano la deja descansando en la bolsa trasera de mi pantalón. Sigo moviéndome con la música, y enredo mis brazos detrás del cuello del chico.
El chico con un pequeño empujoncito en mi espalda hizo que me inclinara un poco hacia adelante, logrando que quedaran pocos centímetros entre ambos, sentí su aliento chocar contra el mío. Él llevó su mano, la que había estado en mi espalda hasta mi mentón, lo acarició con su pulgar y terminó de acortar las distancias.
Sus labios se movieron hábilmente sobre los míos. Su lengua rozó mi labio inferior pidiendo la entrada a mi boca. Sabia a una mezcla entre alcohol y tabaco. Se alejó un poco, no sin antes morder mi labio.
- ¿Qué hace una señorita sola por acá? - es extraño que pueda hablar tan bien, quizás mis sentidos estén afectados en esa forma también.
- Divertirse. - contesté obvia. Él asintió y me empujó un poco, levantándose del banco donde estaba, tomó mi mano y me jaló hacia la pista de baile.
Me colocó de espalda a él y dejó sus manos en mi cintura.
Es imposible no bailar con esta música, es ese ritmo que aunque no sepas bailar te ínsita a hacerlo, o por lo menos a moverte.
***
Él abrió la puerta de la que supongo es su casa, de lo que sí estoy segura es de que mañana no aguantaré la cabeza y que no solo consumí alcohol.
El chico se volvió hacia mí, la poca luz que entraba a través de las ventanas lo iluminaba solo un poco, aun así no lo reconozco. Sus manos se movieron hábilmente por detrás de mi espalda, acercándome a él con un solo movimiento.
Sus labios llegaron a los míos, saqueando mi boca de nuevo.
Comenzó a desplazarse por la casa, llevándome con él. Enredé mis piernas alrededor de su cadera, para que fuera más simple desplazarnos. Sus manos se movieron hacia mi trasero, para sostenerme.
De un momento a otro caí en una superficie suave, elevé mi vista, aunque la oscuridad no me dejaba ver mucho. Sentí el peso sobre mí, aunque en un giro quedé encima. Se acercó de nuevo y me besó.
Sus manos se colaron por debajo de mi blusa, acariciando mi torso, tomó el dobladillo de mi blusa para comenzar a alzarla y sacarla por sobre mi cabeza. Le ayudé a quitarse la camisa y quedó en alguna parte de la habitación.
Volvió a besarme, bajando por mi mentón, pasando por el cuello, donde se detuvo y puedo jurar que me quedará una marca, llegó a mi abdomen y se devolvió de nuevo a mis labios. Comenzó a desabotonar mi pantalón, le ayudé a sacarlo, quedando en ropa interior.
21 de setiembre, 2014.
Un fuerte dolor de cabeza se apoderó de mí. Abrí los ojos, y los entrecerré tratando de acostumbrarme a la luz del sol que entraba por la ventana. Llevé mis manos a mi cabello peinándolo. Cuando mi vista se acostumbró, comencé a detallar la habitación donde me encontraba.
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En tu mente. [Editando]
Ficción GeneralUn pasado complicado. Un presente confuso. Un futuro inesperado. Un accidente traumático. Un despertar atónito. Una sorpresa inexplicable. Una pista desconcertante. Una huella difuminada. Y una verdad escondida. Conoce el...