DETENTION | Kyman

Quince

Todo parecía irreal. La comida frente suyo y sus padres conversando de las cosas normales del lugar. Stan lo estaba acompañando y susurrándole alguna que otra cosa, pero sus oídos estaban sordos. Lo escuchaba todo borroso, por más raro que sonase eso.

—Por cierto, Kyle y yo queríamos hablar de algo —todo volvió a ser claro. El pelirrojo se giró a mirar a Stan que metió algo del arroz a su boca, masticándolo suavemente. —Hay una reunión con unos amigos y nos preguntábamos si podíamos ir. Nos vendría a recoger un chico que conocimos.

—¿Cómo se llama? —preguntó Sheila, suavizando su imponente semblante, pero sin quitarle esa seriedad.

—Se llama Craig, la reunión es en casa de Token. Es una casa de bien, vamos a adelantar algunas cosas para mañana de matemáticas —mintió, causando cierta incertidumbre en Kyle.

—¿Una reunión un día de semana...? —Sheila frunció ligeramente el ceño. —Bueno, si me pasan el número de los padres de cada uno, no hay problema.

—Creo que ya te has visto con los padres de Craig, son los Tuker —intervino esta vez Kyle, dudoso.

—¿Ellos? —de inmediato se mostró en desacuerdo. —¿Los padres del niñito gay?

—Bisexual —corrigió a lo bajo, inseguro. Solo se guiaba por lo que decían los rumores.

—Peor, la bisexualidad es solo una moda. No estoy segura si quiero que vayas, corazón, quizás puede afectar a tu riñón —Kyle contuvo su mueca de frustración. Cada vez que él quería participar en algo, su madre ponía de excusa su riñón: pasó cuando él quiso participar en gimnasia, en basquetbol, en un cumpleaños de un niño paralítico, que ni siquiera hubo acción y su madre pensó que iban a fumar hierba, y hacerse pandilleros.

—¿Riñón? ¿Por qué? —preguntó curioso Stan.

—Kyle de niño fue operado. Tuvo un transplante de riñón de un niño mocoso y malcriado que le hacía bullying a mi bebé. No recuerdo qué pasó con ese niñato, pero al menos tuvo la decencia de que mi bebito chiquito y hermoso, sobreviva —le acarició el cabello ruloso al pelirrojo. Y ahí algo se activó en Kyle, implantando la duda, ¿Quién era ese niño mocoso?

—Sheila, creo que lo mejor es que lo dejes ir. Ya está algo grande, y si Stan dice que es una reunión tranquila, entonces todo estará bien —dijo el padre de Kyle, mirando a su esposa. La mujer se mostró ofendida.

—¡Bien, haz lo que quieras! ¡Luego no me vengas a reclamar el porqué nuestro querubín quedó tirado en una zanja por culpa de maleantes! —se giró a mirar a Kyle. —Mándame mensaje cuando llegues, y te iré a buscar a las diez.

—Señora, yo lo traeré a la hora que usted desee —sonrió Stan amable. —Lo prometo, tiene mi número ante la duda...

...

Y allí estaba en la camioneta del padre de Craig, sentado en los asientos traseros entre medio de Stan y Tweek. Sentía un olor raro en la camioneta, pero decidió no decir nada al respecto.
De piloto estaba obviamente Craig y de copiloto, apoyado contra la ventana estaba Cartman, frotándose la frente.

—¿No que supuestamente no venías? —se atrevió a cuestionar Stan, mirando a Cartman mirarlo por el reflejo de la ventana.

—No podía perderme tal patética fiesta. Entiendo que se aburran sin mí —a pesar de sonar soberbio, sonó más que nada cansado y serio.

—No nos aburrimos, gordis, solamente queremos asegurarnos de que no vas a planear algo en nuestra contra —sonó el rubio entre quejidos.

—¿Y Kenny? —soltó en casi un murmullo suave Kyle. Craig, que se había mantenido ajeno a lo sucedido en la parte trasera de la camioneta, lo miró por el retrovisor unos segundos.

—Lo veremos allá, dijo que logró entrar sin pagar solo porqu——

—Porque el muy pobre se puso a victimizarse como el marginal que es con tal de aprovecharse del sistema —chasqueó la lengua el robusto. Hubieron unos segundos de silencio, hasta que Craig volvió a hablar:

—Red le consiguió una entrada —respondió serio. Todo estaba algo tenso y raro, se notaba que algo más había pasado.

Pero Kyle no sabía qué, solo tenía un mal sabor de boca.

—¿Y por qué no nos consiguió una a nosotros también? —Tweek se inclinó y se apoyó en los asientos.

—Porque la muy puta está peleada con Craig —volvió a insultar Cartman sin pelos en la lengua. Se notó cómo Craig se acomodó en el asiento varios segundos mientras conducía.

—¿Qué hizo? —preguntó Stan con tal de cortar el silencio. Kyle se mantenía mirando el reflejo del rostro de Cartman, intentando descifrar por qué tenía el ceño fruncido.

—¿Quién? —se giró Tweek a verlo.

—Craig, ¿Quién más? —se encogió de hombros el de cabello negro de chaqueta de fútbol.

—Ah, nada, solamente ella se puso ovárica... —Tweek volvió la vista a la ventana, apoyando su espalda en el asiento y Kyle contuvo el aliento.

Esta noche será larga.