DETENTION | Kyman

Veinticuatro

—Puta madre, viejo, esto es una mierda —se quejó Stanley en la mesa de la cafetería. Todos estaban en silencio.

Después de una semana, finalmente el de pelo negro se reintegró, y todos actuaron de forma tensa y cuidadosa, brindando un trato diferente, menos Kenny, él solo seguía haciendo chistes y molestando a Butters, que parecía no enterarse de nada.

Cartman estaba más distraído de lo normal, y por ende, callado. Iba a clases, cosa que era rara, e incluso Kyle se percató que compartía muchas clases con este muchacho.

Tweek se mostraba más nervioso cuando estaba cerca de Stan, como si cualquier cosa que diría, diera una insinuación directa a lo ocurrido. Mientras que Kenny solo podía atinar a hacer más insinuaciones al respecto.

—Sí, literal, qué ganas de matarme —se apoyó Kenny en su mano, a lo que todos lo miraron mal. Stan atinó a sonreír, al saber que al menos él no fingía que nada pasó. El ambiente es pesado porque, la gente, temiendo que sea incómodo, lo hace incómodo.

—Kenny, no es gracioso —tuvo el coraje de decir Kyle, apretando los dientes.

—¿Y qué? ¿Vamos a privarnos de hacer chistes de suicidio nomás porque Stan quiso jugar a los médicos en su muñeca? —se burló Cartman, manteniendo una cara seria.

—¡Cartman!

—Nah–ha, “Cartman” nada. Voy a hacer una campaña a favor del suicidio para que tu raza de mierda se extinga —su dedo impactó contra la frente de Kyle, que enrojeció por la furia.

No podía entender cómo Cartman era insoportable en un momento, luego tierno y sensible, para volver a ser insoportable.
Desde la fiesta lo vio diferente: más entendible y razonable, como si toda esa apariencia neonazi, sea solo una fachada ¡Y lo era! Según lo que siempre se burlaba Kenny. En el hospital fue maduro, insoportable pero maduro, pero ¿Por qué ahora volvió a esa fachada? ¿Acaso estaba asustado? ¿La situación lo sobrepasaba? No. No podía ser así. No quería que fuese así. En parte no, porque si realmente fuese tierno y sensible, no tendría sentido encariñarse con él o pelearse con él. Cualquiera de las dos lo molestaba, porque, a pesar de saber manejar las náuseas, algo lo atraía a Cartman, y no quería o soportaba pensar que fuese porque se estaban convirtiendo en amigos. Él no era amigo de esa clase de gente, no de la clase de gente que se burla de los otros porque se sienten mal consigo mismo. No pueden justificarlos, porque el bullying es un acto injustificable, pero se podía entender si se tenía una razón. Por eso, no quería que Cartman tuviera una razón detrás de toda esa fachada, no soportaba la idea de pensar que fuera una fachada, porque ahí lo entendería y no quería entenderlo. No quería tener una buena razón para sentirse atraído hacia él.

Okey, se sentía atraído solo porque él era todo lo opuesto a él. “Los opuestos se atraen”, decía su padre siempre y justificaba cómo los criaban diferentes. Su madre era la mano dura y firme, y su padre era comprensivo y compasivo. No entendía cómo, pero se amaban con toda el alma.

Kyle pretende remediar a Cartman y sus ideales, aunque sepa que en realidad, él nunca cambiará de opinión. Por eso, si las actitudes de Cartman, resultan ser una fachada, no tendría sentido cambiarlo, porque no habría nada que cambiar y ahí tendría que encontrar otra buena razón para sentirse atraído.

Espera, ¿Él está pensando en “atraído”? ¿Atraído cómo? Obviamente no de forma física o sexual, no es gay. Eso lo tiene claro, ¿No? O sea, Cartman tiene un buen mentón y unos ojos misteriosos, y unas mejillas rosadas adorables. Tiene un pelo suave castaño y lacio. Kyle le tiene envidia. Sí, envidia. Porque Cartman tiene una linda nariz, a diferencia de él que tiene una joroba en ella. Cartman tiene un pelo lacio y suave, cuando Kyle solo tiene una pajarera, una enredadera pastosa, por más hidratantes que le meta. Cartman es alto, y Kyle también, pero no es alto–alto, es alto–promedio, y nadie lo mira raro por eso. Nadie lo mira raro por ser un flacucho escuálido. Nadie lo he raro por ser un nerd o un come libros, o un sobre protegido. Al contrario, Cartman es muy independiente, carismático —por más que odie admitirlo—, y atractivo, porque, hablando con Tweek y Craig, él tuvo varias novias.

Novias.

Novio.

Se oía linda la palabra “novio”. Si relaciona la palabra “novio”, con Cartman, se imagina una relación abusiva y tóxica, llena de celos e indecisiones de parte del más gordito. Es caprichoso. Gritón. Irritante. Pero si su personalidad, fuese una fachada, ahí sería sensible, maduro, tierno y tierno lindo, no tierno de insoportable.

Tierno.

Sensible.

Tierno.

Tierno se veía bajo el cielo estrellado, acariciándole su pelo pastoso y rojo. Aquel que genera caspa y le da inseguridad. Aquel que le cuesta desenredar y peinar. Aquel que, por más que se llene el pelo de acondicionador o cremas hidratantes, sigue siendo seco. Ese tocó. Ese acarició. Sin quejarse de que sus dedos se enredaron o que era pastoso, o seco, o con caspa. No se quejó de nada de eso.

Creía, finalmente, que él, se veía atraído hacia Cartman, porque una de las cosas de las que más tiene inseguridad, Cartman se la aceptó o ignoró, o lo vio como algo poco importante.

Esa inseguridad de no ser libre. O mejor dicho, de serlo.

Porque, alguien, por primera vez, más específicamente Cartman, le dio la seguridad que no le pasará nada si él es libre.

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Holiss, ¿Cómo están?
Yo bien. Finalmente llegué.
Perdón que todos los capítulos sea desarrollo psicológico y no tanto de trama, pero ya notan que se están desarrollando a partir de actos contundentes.

En fin,
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Besos