DETENTION | Kyman

Treinta y seis

Kyle estaba dudando si entrar o no al cuarto de hospital. No eran tan amigos y no tenían nada en común, aparte de que estaba acompañado de Stan que hacía las cosas más difíciles.

Stan y él desde la discusión con Cartman, hablaron profundamente sobre sus metas. Stan quería conseguir una beca de deporte en una universidad y le decía a Kyle que también lo intentara. Pero Kyle tenía miedo de lo que sus padres pueden pensar, porque ellos quieren que sea médico o abogado como su padre, así que las expectativas eran muy pesadas para él.

Él nunca pudo hacer deporte en la infancia por sus miles de enfermedades y alergias que tenía. Su madre se encargó de ir personalmente a la escuela y exigirle al director que no lo deje ir a gimnasia, por lo que siempre se quedaba en las gradas.
Kyle le gustaba mucho mirar partidos de básquet y miraba a los chicos jugar, por eso pensó en unirse, hasta que apareció alguien peor que su madre: Cartman.
Cartman nunca le diría que no lo hiciese, al contrario, le daría la culpa y responsabilidad de la decisión que tome. Eso le molestaba de Cartman. Y aún más porque ahora pensaba que Cartman estaba enamorado de Craig.

Pero en realidad no era así. Cartman solo tenía miedo de quedarse solo, y nuevamente Kenny había separado el grupo. Pero lo que sí sintió celos es por el pensamiento que también perdería a Kyle. Lo perdería de vuelta. Y no quería eso.

—Creo que el oso fue mucho —interrumpió Stan los pensamientos de Kyle. —¿Y si se lo damos a un niño con cáncer?

—¡Stan! —llamó la atención.

—¡¿Qué?! Estoy seguro que lo necesita más… —Miró el oso —… solo tenemos que raparlo para que sea como él——

—Ta, no te quiero escuchar más —se quejó Kyle. Él no sabía esa faceta de Stan. Al final era como su madre: ajena a la verdad de las personas.

Kyle suspiró profundo y tocó la puerta con cuidado, para luego abrirla sin siquiera escuchar respuesta. Y ahí vio a Tweek, sentado en la cama mirando al ventanal.

—Buenos días —saludó Kyle respetuoso. Tweek se sobresaltó y lo miró cuidadoso.

—Son los primeros que me visitan —sinceró. —Ni mis padres quieren verme… —Cerró sus ojos.

—Bueno, somos amigos, ¿No?

—No lo creo —sinceró Tweek. —No tenemos nada en común y no me importa hacer amigos. Todos me abandonan al final.

Kyle y Stan se miraron incómodos ante su respuesta, aclarándose la garganta.

—Pero——

—Prefiero que se vayan. Por favor. —Se mantuvo serio con los ojos cerrados.

“Ayúdame a ayudarte” pensó resignado Kyle y le dejó el peluche en la mesa de luz.

...

—Qué complicado —se quejó Stan caminando por la vereda.

—Sí, creí que sí éramos amigos. —Stan concordó y se giró a verlo.

—¿Entonces? —Se detuvieron.

—¿Qué?

—¿Vas a unirte al club de básquet? —Kyle negó y comenzó a caminar de nuevo.

—Creo que no, no tiene caso ni futuro.

—Siempre puedo convencer a tu madre.

—Es que ya no es mamá —susurró nervioso.

—¿Quién entonces?