Epílogo

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Kenny sonrió al ver a varios de sus ex compañeros en la barra de la cafetería, acercándose lentamente y saludando con su mano.

Finalmente ya eran adultos que trabajaban y tenían sus carreras. Tenían sus vidas. Habían decidido reunirse 5 años después de acabar el instituto y Kenny mantenía esa juventud casi eterna. Lucía su cabello en una coleta, y tenía una camisa y pantalones oscuros para la formalidades. Seguía estudiando la carrera de medicina, pero ya estaba avanzando demasiado y podía ir haciendo prácticas. Desde el fallecimiento de Marjorine, no murió y eso lo mantenía orgulloso. Karen iba a una institución privada gracias al dinero de la carrera de abogacía de su hermano mayor, siendo un ejemplo a seguir para Kenneth. Su fortaleza y valentía para dar justicia era intachable.

—Miren quién es~, quién diría que te veríamos así. —Se rió Clyde mirando a Kenny.
El gordito había bajado de peso gracias al fútbol americano, e incluso había ido a la universidad con una beca de deporte, al igual que Stan que se graduó con honores con el apoyo de Wendy y la madre de la nombrada.

—Es verdad, estás muy presentable, ¿Quién es la afortunada? —bromeó Wendy acariciando su abultado vientre, mientras era abrazada por Stan.

—Eso debería decírtelo a ti, ¿Estás embarazada? —preguntó sorprendido Kenny. —¿Puedo? —Extendió sus manos dispuesto a acariciarlo, y Wendy asintió.

—No, imbécil, solo está gorda —bromeó Stan, a lo que Kenny lo miró mal. —Tenemos otros dos más en casa.

—No perdieron el tiempo. —Se rió Kenny acariciando el vientre de Wendy.

—¡Yo también me casé! —Levantó la mano Clyde y sacó pecho orgulloso. —Con Bebe.

—Ya lo sabemos. Tu Facebook está plagado de fotos de tú con ella de viaje —se quejó Tolkien. —No sabía que ser modelo les iba a venir bien para viajar. Yo ni siquiera puedo tanto por el trabajo.

—Y bueno, ¿Quién te manda a ser CEO? —ironizó Clyde, rodando sus ojos.

—¿Al final terminaste con Nichole? —preguntó Stan curioso, a lo que Tolkien asintió.

—No, teníamos caminos diferentes. —Se encogió de hombros.

—Maldita sea, ¿Cómo que ser de la misma raza no garantiza nada? —se quejó Cartman apareciendo. Kyle lo acompañaba, rodando los ojos.

—Ni que fueran perros, Eric —lo regañó.

—Para mí los negros lo serán.

—¡Perdón por la tardanza! —exclamó Tweek apareciendo dejando unas tazas de café en el mostrador. —¿Alguien quiere algo más? —preguntó renovado. Desde que dejó las drogas y se dedicó al trabajo familiar, su vida se centró en tomar cursos de baristas y profundizar su experiencia con respecto a eso.

Craig entró al local y aclaró su garganta nervioso al ver a Tweek. Este le sonrió tranquilizador y le saludó.

—Buenas tardes, Craig, ¿Quieres lo de siempre? —preguntó sacando una taza para hacer un caramel macchiato.

—Claro que sí…

—No sabía que ustedes se seguían viendo —codeó Clyde al de pelo negro. Este le mostró el dedo sin decir nada más y miró a Kyle.

—Te vi en la televisión —le dijo. —Cada que te veo, recuerdo cómo practicabas baloncesto en el instituto, quién diría que terminarías en la NBA.

—¿Qué decirte? —Se encogió de hombros. —Es lo que tiene ser alto.

—Los judíos como siempre siendo ratas que se meten en cualquier lado —se quejó Cartman y Kyle le dio un suave golpe.

—Cállate, amor. No das un buen ejemplo siendo pastor.

—¿Pastor? Jodeme. —Wendy abrió sus ojos sorprendida.

—De iglesia judía, puta, aprendé. —Le sacó el dedo del medio y sonrió orgulloso. —Aunque sé que vas a entenderme, porque ambos controlamos sectas.

—Ser una activista feminista no significa que controle una secta, Cartman —se defendió.

—Ambos ganamos dinero gracias a nuestra palabra. —Se apuntó. —Pensé en seguir los pasos de mi padre espiritual e ir a la academia de arte, pero Kyle tuvo el trabajo de rechazarme. Así que empezaré el genocidio desde adentro.

—Deberían expulsarte. —Stan hizo una mueca asqueado.

—Tú porque no ves cómo reza. Todas las noches antes de dormir, reza. Ni yo lo hago tanto —contó Kyle riendo. Cartman se sonrojó avergonzado y lo miró de reojo. —Solo se hace el malvado, pero es un pacifista nato, más cuando se trata de Jehová. —Juntó sus manos y se rió cuando recibió un golpe suave de Eric.

—No uses el nombre de Dios en vano —se quejó Eric cruzándose de brazos.

—Literalmente suena como Sheila. —Se rió Stan a carcajadas.

—Bueno, me alegro que todos estén bien. —Sonrió calmado Kenny, observándolos a todos.

—Literal. Quién diría que los conocería en detención. —Le sonrió a sus amigos.

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Dios, fin.
Final de esta linda historia. Espero que les haya gustado y si quieren dejarme ideas de próximas historias mejor.

Espero que estén bien y les amo.

Nos leemos luego!

DETENTION | KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora