Mi empleo

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Narra Tom

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Narra Tom

Llego día lunes, baje a la cocina, mi reloj marcaba las seis de la mañana, escuche unos ruidos, al entrar vi que Benedict ya estaba despierto, lo salude y él me entrego una taza de café el cual agradecí, no podía comenzar mi día sin una taza de café y sin una rebanada de pan tostado con un poco de mantequilla y mermelada de fresa. Escuche el sonido de unos tacones y luego la vi entrar por la puerta, se ve perfecta.

— Buenos días - ella saludo sacándome de mis pensamientos -

— Buenos días - salude -

— Buenos días mi amor - Ben se acerco a dejar un beso en sus labios - te ves maravillosa.

— Gracias - sonrió mientras tomaba la taza que Ben le ofrecía - espero que todo salga bien este día.

— Verás que sí.

— ¿Ya estas listo? - ella me miro -

— Sí - respondí - más que listo.

— Bien - desvió la mirada - en la universidad todo es distinto.

— Así es pero ya estoy acostumbrado.

Luego de diez minutos ya estábamos saliendo de la casa, ella iba delante con él, primero la iríamos a dejar a su escuela. Llegamos a un colegio muy bonito, los niños llegaban con su uniforme muy bien arreglado y ella saludaba a todos con una gran sonrisa. 

— ¿Qué tal te sientes? - Ben pregunto - tu primer día.

— Bien - hablé - un poco nervioso pero esperemos que todo salga muy bien.

— Sí, estoy seguro que todo saldrá bien.

— Por cierto - hablé - en cuanto consiga dinero me comprare mi auto.

— No te preocupes - él habló - no hay problema conmigo, solo que en la salida tendrán que usar el autobús o el tren subterráneo.

— No hay problema - hablé - tal vez cuando me compre mi auto y si aun sigo con ustedes pueda ir por Alina o algo parecido.

— Gracias.

Llegamos a la universidad después de unos minutos, me despedí y fui directo al interior, me presente en dirección y una de las maestras me dio el recorrido por todo el lugar. Debó admitir que hay algunas maestras que no están nada mal, tal vez esto me pueda servir para sacar de mi mente a Alina. 

Luego del recorrido por la escuela fui al salón donde me tocaba dar clase, poco a poco los alumnos comenzaron a entrar, en total fueron treinta y cinco personas, me presente como siempre y les explique como me gusta trabajar a mi. 

— Y cualquier cosa, problema o algo que tengan pueden hablarlo conmigo sin problema alguno, mi oficina siempre estará abierta para ustedes.

Dicho esto comencé a dar una pequeña introducción a mi clase.  

El mejor amigo de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora