Después de unas vacaciones regrese a Londres y tengo la sorpresa de que mi novio esta esperando la llegada de su mejor amigo, un amigo del que me ya contado tantas maravillas de él. He bromeado diciendo que tal vez esta enamorado de su mejor amigo p...
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Narra Alina
Me cargo en brazos haciéndome reír, salió de la cocina y subió las escaleras hasta llegar a la habitación, cerro la puerta y me miro fijamente, se acercó hasta la cama y me deposito en ella suavemente, comenzó a quitar su camiseta mientras que yo hacía lo mismo con mi ropa. No paso mucho tiempo para que ambos quedáramos completamente desnudos, él estaba entre mis piernas, sus besos eran demasiados tiernos, sus manos acariciaban mi piel, sus labios bajaban por mi cuello hasta llegar a mis pechos, cerré mis ojos disfrutando de cada segundo que pasaba.
Sentía como estaba por llegar a mi orgasmo, sus movimientos se fueron haciendo más y más profundos, mis gemidos habían comenzado a salir de mis labios, los había estado reprimiendo todo este tiempo pero ya no podía, segundos después ambos finalmente llegamos a nuestro orgasmo dejando escuchar un gemido de mi parte, él solo beso mi cuello y soltó un quejido. Se separo un poco de mí y me miro fijamente, sonreí y pase mis manos por sus mejillas.
— Te amo - lo mire -
— Yo también te amo - susurro - mucho.
Es lunes, segunda semana de Junio, estaba en el jardín arreglándolo, al parecer mi período ya había llegado, esta mañana había un rastro de sangrado a parte de todos los malditos síntomas que me dan cuando estoy en mi periodo. Pero esta vez me sentía más sensible que de costumbre, quería llorar por todo.
Entre a la cocina y mire a Ben, Tom estaba sentado en una de las sillas del comedor.
— Hola - sonreí - ¿Cómo te fue?
— Bien - sonrió - ¿Y a ti en el jardín?
— Bien - me encogí de hombros - no se me han muerto ninguna de las flores que puse, es un gran logró para mí.
— Sí oye - me miro - mi madre me llamo esta mañana y me dijo que quería comer contigo cuando tengas tiempo.
— Hmmm tengo libre toda la semana.
— Bien entonces le digo que puedes cualquier día.
— Si.
— Bien de acuerdo.
Él sonrió y yo terminé de lavar mis manos, me acerque y dejé un suave beso en sus labios. Llegó día jueves y hoy es la comida con la mamá de Ben, me puse algo cómodo y Ben me llevo hasta el restaurante donde me vería con su mamá.
— Buenas tardes - saludé - Katherine.
— Buenas tardes Alina - ella saludo dándome un beso en la mejilla - gracias por aceptar venir a comer conmigo.
— De nada - sonreí - sabe que siempre será un gusto para mí comer con usted.
— Gracias linda - habló - por cierto Ben me dio la noticia.
— ¿Cuál noticia? - fruncí el seño sin entender nada -
— Pues que ya pusieron fecha para la boda de ustedes - sonrió - es magnífico.
