TIEMPO DESPUÉS

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Han pasado diez meses desde que puse mis pies por primera vez en este lugar. Diez meses desde que comenzó este suplicio. Diez meses gestando dentro de mi algo que no debe ser.

Ahora, cuando parte de esta historia está ya escrita, releo este diario y miro con temor las cortinas que ondean en mi ventana. El guayabo cargado de frutos maduros se estremece al rumor del viento en el exterior y el desorden de este habitáculo lo hace más sombrío a la escasa luz con que escribo. Todo el espacio expresa en un patético lenguaje, la revolución que hay en mi interior.

Dios Todo Poderoso, mis rodillas estas escocidas de tanto hincarme a rezar. El suelo de piedra escupe salpicaduras de sangre que no son más que el rastro infame de mi frente arrastrada pidiendo perdón. Repito tu nombre cientos de veces Señor, e imploro tu guía y tu contención; pero la opresión de mi corazón no cesa y se empeña en crecer hasta desbordarse.

Vivo en pecado Señor, no supero tus pruebas, soy un hipócrita que se ha convertido en este ser indigno hincado ante ti.

Por las noches antes de acostarme me castigo haciendo penitencia. Con mi boca intento llamar tu nombre Señor, pero confieso que en cambio repito el de ella.


YO CONFIESO (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora