Habían pasado 3 años, mi vida dió un giro desenfrenado desde el día en el que decidí salir de ese lugar, sentía que todas las puertas se habían cerrado y que nunca más encontraría esa luz que había perdido.
Mi alarma comenzó a sonar sobre mi pequeño mueble de noche, deslicé el botón de mi celular y lo apague, talle mis ojos con suavidad mientras lanzaba un bostezo, haré un resumen de lo que ha pasado en mi vida desde entonces...
Logré vender la casa que anteriormente habitabamos los dos, lo primero que hice fue enviarle el dinero que le correspondía y me quedé con mi parte, con eso, pude conseguir una pequeña casa para poder estar en tranquilidad, además de que necesitaba un poco de soledad para poder encontrarme de nuevo, no era muy grande, pero tenía lo indispensable y eso era suficiente para mí. Conseguí un trabajo de medio tiempo en una florería para poder terminar de pagarla, conforme pasó el tiempo me di cuenta de que tenía un talento en mis manos, comencé a hacer dibujos en mis tiempos libres y diseñe unos cuántos vestidos por pura diversión, fue entonces cuándo me di cuenta de cuál era mi talento oculto, sin embargo, no era lo que yo quería.
No supe nada de él, aunque algunas veces su apellido era mencionado por algunas cadenas de televisión, sin embargo, yo apagaba todo lo que tuviera que ver con él, Marian había regresado porque se enteró de que yo necesitaba más ayuda que antes, Noah no ha dejado de frecuentarme desde que caí en esa pequeña depresión, me ayudó a ir a terapia psicológica para que me ayudarán con el caso del abuso que seguía atormentandome con más intensidad, con la ruptura y con mi baja autoestima.
Hace un año y medio aproximadamente, Marian y yo compramos un local, lo decoramos conforme fuimos ganando dinero y levantamos una agencia de eventos, poco a poco fuimos ganando popularidad por nuestro trabajo, contratamos a más personal ya que los eventos se acumulaban cada vez más, eso nos emocionaba.
Sentí unas caricias suaves en mi mano, me giré para abrazar el pequeño cuerpecito que se encontraba a mi lado, su cabello chino estaba cómo un pequeño estropajo y sus pestañas decoraban aquellos hermosos ojos cafés que ella tenía, su nombre es Dania.
Dania: mamá.- sonrió tiernamente mientras evadía mi brazo y se levantaba con esfuerzo para sentarse a mi lado.
T;N: ¿qué pasa, cariño?- ella ladeó su carita mientras mostraba esos hermosos hoyuelos que decoraban sus cachetes.- ¿tienes hambre?- asintió dando suaves brinquitos sobre la cama.- está bien, vamos a prepararte algo.- me levanté de la cama para llevarla en mis brazos, metí mis pies en unas pantuflas y camine fuera de la habitación. Ella tiene dos años de haber nacido, cuándo me enteré de que estaba embarazada, me sentí perdida por unos momentos, y no porque no deseará tener un bebé, sino porque no estaba económica ni mentalmente preparada para darle una vida feliz, sin embargo, luche durante esos meses para tener algo preparado y que ella llegara a un lugar tranquilo. Tuve algunas complicaciones durante el parto, mi cuerpo estaba demasiado débil, e incluso querían hacer cesárea pero primero lo intentaron por parto normal, los dolores eran demasiado fuertes, ni siquiera podría relacionarlos con ningún otro dolor, sentía que mis caderas se romperían y que moriría, cuándo ella al fin decidió nacer, tuve una crisis y me colocaron oxígeno debido a que mi pulso se estaba volviendo débil, estuve unos días internada, mientras tanto, Marian y Noah me visitaban de ves en cuándo para decirme cómo se encontraba mi pequeña, le daban leche preparada mientras yo tomaba fuerza para poder alimentarla, ahora es una hermosa niña, sana y con mucha luz, hasta el momento solo sabe decir una palabra y es "mamá", recuerdo que cuándo la escuché decir así, lloré descontroladamente, sintiéndome bendecida por tenerla a mi lado y por ser su madre, sabe dar unos cuántos pasos, pero siempre llevándome detrás o enfrente para poder apoyarse sí intenta caerse, creí que sería difícil para mí poder mantenerla y darle una buena vida, pero no fue así, admito que se requirió de mucho esfuerzo, noches de desvelo y lágrimas por no poder descifrar que era lo que le sucedía en algunas ocasiones, pero me llenaba de alegría al verla sonreír o jugar con su sonaja.
La senté en su sillita color violeta mientras yo buscaba lo que le daría de desayunar, saque la caja de cereal que tanto le gustaba y vacíe un poco en su tazón de Winnie Pooh, después le coloque la leche que su pediatra me había recomendado y su pequeña cuchara blanca con estrellitas, de postre le puse unas pequeñas y delgadas rodajas de fresa, le encantaban, me senté frente a ella para poder orientarle y enseñarle poco a poco cómo comer por sí misma, es inteligente, aprende las cosas rápidamente. Mi celular comenzó a sonar en el bolsillo de mi pijama, lo tomé con mi mano libre y conteste poniéndolo en altavoz.
T;N: Hola Marian.- tardó unos segundos y respondió.
Marian: hola, ya.- siempre me llamaba para avisar que ya estaba ahí, lo hacía para que no me preocupará y no me presionará en llegar.- había unas cuántas personas esperando por informes, ya las atendí.
T;N: tengo que hacer más entonces.- suspiré, tenía una agenda muy apretada últimamente.
Marian: te dije que tienes que descansar.- me regaño nuevamente.- no te exijas tanto, Dania necesita de todo tu tiempo.
T;N: no la dejaré a un lado y lo sabes bien.- suspiré.- pero también quiero ayudarles.
Marian: lo sé, pero cómo te digo, Dania necesita muchísimo tiempo ahora más que nunca, así que solo te pido que no te presiones.- escuché un suspiro.- pero bueno, ya llegaron las personas que pondrán las luces neón, estoy emocionada.- lanzó un grito, parecía que la estaba viendo y sonreí.
T;N: ¿desayunaste?- dije entre risas mientras le daba una cucharada a Dania, quien ansiaba por comerse las fresas.
Marian: no.- suspiró.- pero es que de la emoción que tengo, ni siquiera me acordé, bueno te dejo, tengo que ir a atender.- dicho esto, me colgó, siempre que creía estar en el suelo y que sentía que no podría levantarme más, la miraba a ella y escuchaba la sonrisa de mi niña, eso me hacía volver a sonreír.