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Después de dejar pasar el despertador dos veces tuve que tomar una ducha express, entré corriendo a la cocina a preparar desayuno mientras luchaba con la toalla que tenía en la cabeza, comí una tostada de pie y luego tomé el café para llevarlo a mi habitación. Mi celular no dejaba de recibir mensajes de todos lados, increíble manera de comenzar el día, llena de trabajo desde las siete de la mañana.

—Tengo la impresión que no estás organizando bien tu tiempo —dijo Bella desde la puerta de mi habitación, también estaba acompañada de una taza de café, pero ya lista para ir al trabajo— ¿Te quedaste hasta muy tarde?

—¿Sabes lo que siento? —dije mientras me peinaba— Voy a maquillarme en el taxi —lancé mi bolso en la cartera— que se me cae un edificio encima en este momento me haría un favor —negó con una leve sonrisa— tengo toda mi agenda un poco atrasada desde este momento, estaré en el diario tipo cinco de la tarde, cubreme

—Perfecto, necesitas ayuda en algo —negué y entré corriendo al baño a lavarme los dientes— También creo que sería buena idea ordenar un poco tu habitación —dijo mirando hacía todos lados

—Soy de esas personas que entienden perfectamente su desastre, no te preocupes —estaba todo tirado en el piso.

—Por favor no te olvides que en esta ciudad hay muchas ratas y necesitamos tener limpio nuestro espacio personal para que no vengan por nosotras —exagerada como siempre, le di un abrazo y tomé todas mis cosas.

—Siempre que me hablas así me genera mucha impresión que seamos tan diferentes y tan mejores amigas, te amo. Nos vemos a la tarde —grité corriendo a la salida

—Lali, vas a ordenar cuando llegues —me gritó

Bajé corriendo y tuve el primer taxi que pasó por fuera de mi casa, subí y me maquillé en el auto como todas las mañanas. Llegué al edificio casi veinte minutos tarde, entré corriendo, subí a mi oficina, puse mi computador en el escritorio y entró mi jefa.

—Van a oficializar los candidatos de las primarias demócratas —se sentó en mi sillón— pienso que no deberíamos tener demasiadas sorpresas, los que han mencionado toda la semana no presentan amenazas para nuestros senadores, creo que tenemos que comenzar a analizar el terreno de nuestros candidatos

—Yo te envié un informe completo anoche, me quedé investigando un poco de lo que pueden ser los debates —asintió— estoy muy cansada

—Esto recién está comenzando —suspiró— Escuché que hay dos senadores que te quieren sus equipos, si eso pasa puedes ir tranquila, es un desafío lindo que te mereces después de tanto trabajo como consejera

—Que nervios, vamos viendo que pasa —sonreí— por cierto, hoy tengo que una entrevista en el New York Times, sobre análisis del panorama político, es para la plataforma de internet, lo hago casi todos los jueves como para mantener buena relación con los medios —soltó una carcajada— siempre necesitas un topo en esos lugares

—Estoy completamente de acuerdo —dijo riendo— ok, te dejo para que trabajes tranquila —se puso de pie y salió de mi oficina.

Parecía que por mi escritorio había pasado un huracán, tenía papeles por todos lados, así que siguiendo el consejo matutino de mi mejor amiga decidí comenzar a ordenar un poco en algunas de carpetas que tenía disponible, luego recibí un llamado del equipo del senador Johnson probablemente se trataba de lo que mi jefa mencionó, pero no quería hacerme demasiadas ilusiones, si algo aprendí en este lugar es que los políticos mentían permanentemente.

Almorcé mientras enviaba algunos correos electrónicos con mis conclusiones y después tomé mis cosas para ir al New York Times, la verdadera razón por la que venía a este lugar era porque me sentía algo comprometida con Bella, no me gustaba decirle que no a mi mejor amiga, menos cuando ella era tan buena y paciente conmigo.

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