Cardigan

A - 11.

Siempre crecí escuchando historias de mi infancia en la casa blanca y a pesar que tenía divertidos recuerdos del segundo periodo de papá en ese lugar, obviamente no era lo mismo que entender perfectamente lo que significaba estar en ese lugar, desde que mamá tomó su puesto, tuve que aprender a lidiar con muchas cosas, sobre todo con la tolerancia de escuchar cosas sobre ella, también aprender a cuidarme el triple, porque a la familia de una de las mujer más poderosas del mundo se le exigía perfección, lo que me parecía una locura. Por primera vez en años, la familia Lanzani-Esposito estaba separada en diferentes lugares, mi hermano menor Bautista estaba estudiando dirección de cine en Nueva York, viviendo en la universidad como lo intenté hacer una vez, mamá y papá obviamente en Washington y yo filmando una película que me tenía hace cuatro meses en Atlanta, a pesar de que no teníamos distancias muy grandes era bastante difìcil vernos muy seguido, sobre todo por la agenda que tenía mamá, obviamente todos lo entendìamos.

—¿Cuánto te queda de filmación? —preguntó Bautista mientras acomodaba el teléfono para comer, siempre que podíamos hacíamos videollamada

—Se supone que un mes y medio o dos meses algo así, te cortaste el pelito Bauti —sonreí— te queda hermoso, estas muy lindo ¿Estas de novio? —pregunté levantando las cejas con una sonrisa, me daba mucha ternura verlo tan grande, para mi siempre serìa el bebè maximo de la familia

—No aun princesa americana —siempre se burlaba de mi con ese nombre que titulo una de las revistas cuando mamá se convirtió en presidenta— no estoy de novio pero digamos que estoy conociendo a una mujer, el único problema es que tiene como cinco años más que yo y ya quiere hacer panoramas que me salen el presupuesto completo que tengo para sobrevivir —dijo con una leve sonrisa

—¿Necesitas un préstamo? —pregunté— puedo recomendarte buenos lugares en la ciudad para que tengas una cita, conozco bastantes y también tengo buenos contactos que te dejarían como rey

—Agredezco mucho tu ayuda pero la verdad es que prefiero hacer esto por mi cuenta, ya tengo suficiente con ser hijo de la presidenta de este lugar, no quiero lidiar con ser hermano de la princesa americana —se burló nuevamente— Como está André? —preguntó sonriendo— hablé con él hace dos días y me dijo que estaba en España y que volvía ahora

—Si, estaba haciendo promoción de la nueva temporada de su serie, vuelve ahora en dos días y se queda conmigo acá hasta que podamos regresar a casa, quiero ver si me puedo tomar algunas semanas, tenemos pensado hacer un viaje a Brasil para visitar a su familia, pero también quiero ver que onda la agenda de mamá

—Avisame si planeas algo para ver si me puedo sumar, hace bastante no estamos los cuatro juntos —dijo con algo de tristeza— por cierto, ahora que estamos solamente tu y yo, no extrañas mucho a nuestra mamá? —preguntó y soltó una sonrisa— no quiero que suene mal, estoy muy feliz por ella, pero ahora que tenemos que compartirla con tantas personas y con todos los problemas de este país, yo sinceramente decidí no mirar televisión porque no soporto una sola crítica hacía ella, a veces me dan ganas de llamar a esos programas y putearlos a todos

—Yo también estoy trabajando duro en mi tolerancia hacía sus críticas, no entiendo como esos sucios son capaces de decir cosas sobre ella, pero bueno... acuérdate de lo que dijo papá, la política es sucia y cada vez que esté muy alto van a buscar bajarla como sea, no te olvides que mamá es poderosa y sabe perfectamente lo que hace y dice, ella puede con esto

—lo sé Alle, somos nosotros los débiles —sonrió— te extraño hermana, extraño nuestra rutina familiar de todos juntos —me mostró una foto que tenia en su escritorio— le hablo a esta foto cuando los necesito o cuando estoy en problemas pienso, que haría mi hermana? —soltó una sonrisa— ven a visitarme, pero veámonos lejos de la universidad, cuando viniste la última vez me costó mucho trabajo que dejaran de pedirme tu número, todos mis compañeros están enamorados de ti