Cardigan

5.

Nunca me consideré una persona cobarde en la vida, pero el tema de los Lanzani era delicado para mí, considerando nuestro pasado pasar tiempo con Eugenia me generaba algo de ansiedad porque sentía que en cualquier momento podía atacarme o enojarse conmigo, mientras ibamos camino a la casa de mi actual jefe pensaba una y otra vez "ha pasado demasiado tiempomu lo" "somos un trío de ex amigos encontrándose" Todo el camino Peter le hizo un resumen de su día a Euge que opino de cada tema.

—Mi hermana vive cerca de este lugar —agregó Bella cuando entramos al ascensor— aunque trabaja mucho y pasa bastante tiempo fuera —Peter se acercó a su puerta, puso su contraseña y la huella digital para entrar, maldito niño rico pensé en ese momento.

—Bienvenidas, pueden sacar lo que quieran —prendió la luz del bar— yo voy a cambiarme para estar más cómodo, Euge pon un poco de música. Me duelen los pies con estos zapatos, ¿pueden ayudarme a conseguir algo más cómodo? —Euge miró sus zapatos y asintió— Muchas gracias

—¿Puede usar zapatillas? —preguntó Eugenia— Se imaginan lo divertido que sería ver un candidato sin traje o zapatillas —se acercó al bar de Peter y comenzó a preparar un trago— ¿Que quieren?

—Yo con una cerveza estoy bien —dije con una sonrisa y me senté, Bella imitó mi pedido— ¿Tu pintaste estos cuadros? —pregunté

—Los dos de acá si, esos los compré en una galería —dijo preparando las cosas que puso en una bandeja

—¿Pintas? —preguntó Bella sorprendida

—Si, estoy dirigiendo algunas muestras en el museo de Nueva York —se sentó con nosotras— esta semana he tenido mucho trabajo porque me reuní con algunos artistas más emergentes que quiero mostrar, pero en esta ciudad todo es más complicado, siempre necesitas un nombre, en Europa es diferente. Es algo que tiene que cambiar —se quitó el abrigo— ¿Te gusta la pintura? —preguntó—

—Me gusta bastante —respondió Bella ¿Desde cuando? pensé un poco sorprendida— La pintura es uno de los primeros pasos de la fotografía, es un arte muy interesante. No sabía que dirigías exposiciones en el museo he ido un par de veces

—¿En serio? ¿Por qué nunca te vi? Quizás desde ahí te conozco, tu cara se me hace muy familiar —respondió Eugenia, en ese momento pensé que estaba sobrando en el lugar, por suerte apareció Peter con un look mucho más deportivo. Se acercó al bar y preparó un whiskey para luego sentarse con nosotros

—Me duele un poco el cuello, estuve mucho tiempo en reuniones hoy —soltó una leve sonrisa— ¿De qué hablan?

—De la pintura —respondió eugenia

—Osea están hablando de tí —respondió Peter con una sonrisa

—¿Hace cuanto vives definitivamente en la ciudad? —preguntó Bella

—Hace como dos años me mudé —respondió Eugenia— Mi papá es diplomático, fue embajador, cónsul, siempre le devana un cargo nuevo, vivimos en muchos países de más chicos, pasamos un par de años en Londres yo sentí que ese lugar era mi casa y les pedí que me dejaran ahí, después ellos se volvieron a Estados Unidos y yo viajaba cada tanto

—A los 17 años empezó a vivir sola, yo a esa edad quemaba hasta las tostadas —dijo Peter riendo— Bueno Euge nació allá, mi papá era embajador en ese momento, quizás por eso siempre lo has sentido como tu hogar

—Eso es porque eres demasiado mimado de tu madre —hice un comentario en confianza y completamente fuera de lugar a la vez, entonces Eugenia soltó una risa

—Lo acepto, no me da vergüenza —agregó Peter— Debimos avisarle a Delfi que teníamos una junta en casa

—Por suerte no vino o estaría haciendo comentarios desubicados todo el tiempo sobre nosotros —respondió Eugenia rápidamente— por mucho tiempo siguió siendo la shippeadora máxima de ustedes —hubo un silencio y Peter miró su vaso— debe ser la persona más feliz con todo esto ¿Estoy hablando más de la cuenta?