Cardigan

47.

Peter se fue de viaje a Texas con un humor más particular imposible, estaba como un ogro con todo el mundo menos con Allegra, a quién le prestaba atención con toda la paciencia, incluso antes de irse regresó dos veces a la habitación para despedirse de ella, mientras me ignoró la última vez que regresó, había perdido mi lugar por completo pero estaba un poco prepara para eso.

Mi equipo comenzó a preparar diferentes actividades para ir ganando terreno con respecto a la campaña de la reelección y aunque yo no tenía muchas ganas de enfrentar a la prensa era algo que en algún momento me iba a tocar, nadie sabía la ansiedad que me generaba todo esto porque decidí que lo mejor era lidiar sola con este problema, para eso tenía a mi terapeuta.

—¿Todo bien con la vida como madre? ¿Ha cambiado mucho con respecto a cómo iban las cosas? —preguntó con una sonrisa

—Si, bastante —sonreí— toda mi vida te diría, es como que tengo una nueva razón para todo, muy positivo. Es como si me salvó de todo, venía un poco triste con mucha ansiedad sobre lo que va a pasar con mi carrera en este momento, estoy en un punto muy extraño de todo, porque ya no estoy embarazada por lo tanto vuelven a tener via libre para decir lo que quieran —suspiré agobiada— y capaz ellos ni siquiera tienen ganas de seguir con el tema pero yo lo pienso a todo momento

—Normal, te generaron un trauma —agregó ella con sinceridad verbalizando todo lo que yo no me animaba— ¿Que pasa con respecto a eso? ¿Que te genera ansiedad?

—Tengo un poco de miedo. El lugar de primera dama en este momento se transformó en un cargo muy querido, todos quieren a Euge —solté una sonrisa— y yo no soy Euge, me da miedo que pierda poder o que simplemente la gente quiera que ella siga, es muy válido también

—¿Lo hablaste con el presidente? —preguntó y asentí

—Me apoya y dice que todo estará bien —sonreí— que la gente me quiere, no sé... él ve las cosas de manera más positiva que yo, pero debe ser porque no le afectó de la manera en la que me afectó a mí, tampoco sabe demasiado sobre todo el dolor que viví durante este tiempo —dije mientras se me escapaban las lágrimas— no quiero tener miedo, no soy una persona miedosa, no quiero tener dudas porque ahora tengo que demostrarle a mi hija quién soy, quiero que en un futuro se sienta orgullosa de mí

—¿que te asusta tanto? —preguntó mirándome con atención.

—Supongo que enfrentar a todos después de este tiempo, he estado en una burbuja, casi no salgo a la calle, la única vez que me sentí libre durante mi embarazo fue en la gira de europa, me da pánico salir a la calle y que alguien me grite una ofensa —dije triste— perder mi credibilidad, que las personas no confíen en mi, solo porque decidí estar con el amor de mi vida —suspiré mientras me limpiaba las lágrimas con un pañuelo— las campañas políticas son muy sucias, siempre atacan con lo que mas duele y todo lo que por fin dejamos atrás va a volver, pero ahora no me puedo permitir estar triste, está Allegra, ella no me puede ver mal

—Eso no es cierto, como ser humano tienes todo el derecho a estar triste, feliz, tener miedo, las emociones son algo que no deberíamos ocultar, cuando lo hacemos se generan nudos difíciles de desatar —agregó con seguridad— la única manera de superar un miedo es enfrentándolo. No mataste a nadie, simplemente decidiste hacer tu vida con el amor que siempre quisiste. Ellos te han hecho creer que la gente no te quiere pero solo hace falta entrar a tus redes para saber que eso no es verdad —me dijo con una sonrisa—

—Está dividido —sonreí— lo que me da mas bronca es que destruyeron mi seguridad, yo era implacable con eso, sabía perfectamente quién soy y lo que valgo, ahora siento que no es así

—Vamos a tener que trabajar en recuperarla, es lo más importante. Si tu no crees en tí ¿Quién lo hará? —preguntó—

—Supongo que nadie —dije triste y luego la miré con una sonrisa