Cardigan

39.

No podía creer lo estupido que era el Chino, como podía cometer un error tan grande como este, mientras más lo pensaba mi rabia crecía. Fui a una reunión con el equipo y cuando se terminó informé que no iba a seguir trabajando para nosotros, por lo que había que buscar un reemplazante en su lugar, volví a casa y me sentía muy mal, estaba triste, dolido y decepcionado.

—¿Hablaste con Ricardo? —preguntó mi hermana rompiendo el silencio de la cena

—No, nada. Mi secretaria se ocupará de ese tema, no creo que vuelva a verlo —dije con sinceridad mirando mi plato

—¿Trabajan juntos hace mucho, no? —preguntó Bella y asentí— que cagada, lo siento mucho Pitt —solté una leve sonrisa— aunque estoy completamente segura que jamás haría algo para lastimarlos a ustedes, entendiendo que cometió un grave y error, tienes todo el derecho a enojarte y tomar la decisión que te parezca mejor

—Me ha dolido mucho la verdad —dije mirando mi plato, no tenía ganas de comer— trabajamos hace mucho tiempo, siempre le confié toda mi vida, pero no puedo creer que haya cometido un error de principiante con la persona que menos me agrada en este momento —suspiré, estaba bastante agobiado— además sabiendo todo lo que hemos pasado en este último tiempo, que Lali no estuvo bien

—No voy a mirar televisión —dijo Lali con una sonrisa— ya hablé con Stefanía para saber cuales son los cuidados que tengo que tomar y me dijo que me mantenga lo más tranquila posible, así que supongo que voy a volver a mi cueva —agregó terminando su plato— estaba increíble. Pienso como Bella, el chino es una persona buena que nos quiere, pero la cagó y estás en todo tu derecho.

—Si, muy bueno —dijo Bella

—Estoy con Peter —dijo Euge— Puedes equivocarte en muchos aspectos de la vida, pero cuando se trata de tu gente con un tema muy delicado no hay margen de error, tú estuviste delicada de salud, ahora recién habíamos conseguido un poco de tranquilidad, como para que vuelva el huracán nuevamente, no me parece 

—Euge —Lali se puso de pie y se levantó la camisa— tampoco me queda demasiado tiempo, obviamente hubiese preferido esperar un poco más, además estamos haciendo un suposición —me miró— que pasa si Diego decide no publicar nada o lo que dijo el chino se queda en esa fiesta, perdiste un buen trabajador por... perdón

—¡Tienes pancita! —dijo Euge emocionada— me muero de amor

—Y en la próxima fiesta le va a decir la fecha de tu parto —respondí mirando la comida

—No comiste nada —dijo Lali preocupada— come un poco

—No tengo hambre, voy a subir a mi despacho, tengo que revisar unos papeles que me pidió Kamala y me quedaron pendiente —me puse de pie y le di un beso en la frente— te amo, nos vemos luego.

—No trabajes hasta tan tarde —advirtió como si fuese mi madre.

Subí y me puse a leer todas las cosas que me quedaron pendiente por culpa de ese estupido, firmé algunas cosas y luego me quedé revisando lo que tenía que hacer para mañana, de pronto miré el reloj y me di cuenta que eran las 2 de la mañana, la cabeza me estaba por explotar, me tomé una pastilla y fui a la cama, Lali ya estaba dormida profundamente, entré delicadamente para que no se diera cuenta, por primera vez me salió bien. A la mañana siguiente desperté con el reloj a las 6:30, me di una ducha rápido y me vestí, tenía muchas cosas por hacer.

—¿No vas a desayunar? —me preguntó Lali algo dormida

—Voy a comer algo allá, estoy un poco tarde —le di un beso— nos vemos a la noche, los amo

—¿A que hora volviste anoche? —preguntó

—No lo sé —mentí sonriendo— descansa, dale. Nos vemos