A - 6.

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Peter estuvo fuera de la Casa Blanca toda la semana, su primera parada fue Canadá, lo estaban criticando porque salía muy poco del país y no generaba relaciones exteriores con nuestros aliados, lo que era una locura porque esa era una de sus mayores preocupaciones y se la pasaba todo el tiempo buscando formulas de crear buenos negocios para el país, obviamente los republicanos no sabían criticar debido a que su popularidad había crecido demasiado nuevamente.

—¿Llega hoy? —me preguntó Eugenia, hoy estuvimos juntas en un evento de una fundación en la que ambas trabajamos un montón

—Supuestamente, pero siempre le suman cosas nuevas o reuniones así que no puedo confirmarlo. Debería llegar hoy —dije con una sonrisa mirando mi celular— le escribí pero debe estar muy ocupado

—Si, cuando no atiende está a full —suspiró Euge con una sonrisa— Tengo un montón de cosas que hacer llegando a la ciudad, Me duele la cabeza de tan solo pensarlo —agregó con una sonrisa y uno de los chicos de seguridad entró a la sala.

—Lali, tenemos que viajar a Nueva York —dijo Manuela mirando el celular— Me acaba de escribir el equipo de Michelle que ella quiere verte mañana, a primera hora, toma tus cosas y vamos —Eugenia me miró y se puso de pie

—Genial, me viene increíble este vuelo. Así contaminamos menos —agregó con una sonrisa

—¿Por qué no puede venir ella? —pregunté sorprendida— no puedo viajar de golpe, recuerdas que tengo un bebé? —pregunté apuntando a alle

—Si, lo recuerdo perfecto pero me estas jodiendo hace dos meses para una reunión con ella y ahora que la conseguí no voy a decir que no, puedes tomar las cosas de Allegra, estoy organizando con el equipo para salir en una hora —dijo mirando el celular

—Debí despedirla cuando se quiso coger a mi novio —le dije a Eugenia hablando bajo, Euge soltó una carcajada y cargó a Alle que estaba caminando por todos lados con el ánimo de siempre.

Subí a preparar mis cosas y una mochila para Allegra, odiaba cuando Peter no estaba para darme una mano porque era muy mala haciendo esto sin él, en el fondo siempre fui un poco desordenada con mis cosas, seguro se me quedaba algo que iba a tener que comprar en Nueva York. Cincuenta minutos después estábamos viajando a Nueva York, en cuanto llegamos subimos a un auto con máxima seguridad, yo me fui escribiéndole a mamá todo el camino y cuando miré la ruta me di cuenta que no estábamos yendo a casa.

—Escuchame, esta gente es de confianza —le dije a Manuela hablando bajo— creo que nos están secuestrando, porque este lugar no está cerca de casa

—¿En un auto del gobierno? —preguntó Eugenia sorprendida jugando con Alle— espera y donde estamos?

—Yo patinaba en un gimnasio de acá, por eso te digo que estoy completamente segura que no estamos yendo a casa —dije mirando hacía todos lados— pregúntale donde vamos —Manuela comenzó a mirar el celular— hey, estamos en peligro

—No —respondió ella, el auto estacionó en el gimnasio donde yo patinaba— ok, baja

—Baja Lali —dijo Euge con una sonrisa— yo me ocupo de Alle, que te vaya bien

No entendí nada y me bajé del auto con uno de los chicos de seguridad, cuando entré al lugar me llené de nostalgia, hace muchos años que no caminaba por estos pasillos, acá había soñado con tantas cosas que no fueron posibles porque la vida me tenía preparado otro destino. De pronto llegué a la pista y vi a Peter luchando con los patines en el centro

—¡Que haces Lanzani! —me apoyé en el borde del lugar con una sonrisa, con algo de dificultad se acercó a mí— Hola mi amor —le puse la mano en la nuca y lo besé— ¿Que haces patinando de traje? Maru te va a matar, vas a romper ese pantalón

Cardigan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora