Cardigan

57.

La panza de mi segundo embarazo no tardó tanto en salir como cuando estaba esperando por Allegra, así que lo tuve que confirmar pasado los tres meses porque ya se me estaba notando.

—Primera dama —apareció el chino por el pasillo con una sonrisa— me tenia bastante ansioso el tema de su embarazo, debido a que el presidente no dejaba de hacer chistes como "cuidadito con tomarte una cerveza" creo que dejé la cerveza por tres meses, por las dudas —suspiró y me abrazó— que linda estas, donde vas?

—Al congreso a pelearme con hijos de puta que no dejan de robarnos derechos —respondí, mientras el chino soltó una carcajada, en ese momento vi a la seguridad de mi hombre entrar al pasillo, él venía hablando por teléfono, se acercó a mí y colgó.

—Que belleza de mujer —dijo con una sonrisa y me besó—

—Todo bien con que estes completamente cómodo pero no me toques la cola en la mitad del pasillo de la Casa Blanca, es una desubicación —dije riendo y el chino explotó la risa— vamos a poner limites en esta relación, prohibido tocarme la cola en publico

—Lo siento, pero las reglas de este lugar las pongo yo —respondió atrevidamente

—Que divertido cuando los dos tratan de dominarse, me siento viendo Animal planet cuando los leones pelean con las leonas y... spoiler, siempre gana la mujer —miró a Peter que se reía

—Si, acá también. Soy un pollerudo —me dio un beso y me puso la mano en la espalda, casi en la cola, era un infeliz— para una persona tan competitiva como yo es un poco duro ceder el triunfo pero lo hago porque mi mujer está en un proceso importante y no quiero contradecirla —dijo bromeando y le pegué un codazo— ¿Que hice ahora? ¿A que hora es tu reunión?

—En quince minutos más —dije con una sonrisa

—¿Vas a exponer en el congreso? —preguntó y asentí—¿Que haces acá? Estas tarde —dijo riendo

—Estoy en cinco minutos ahí —dije mirando mi reloj— Si estoy tarde

—Ok, recuerda contar hasta mil, no insultes ni golpees a nadie. —advirtió con una sonrisa y me dio un beso— que te diviertas, acaba con ellos. Los amo —agregó y me tomó la panza— Cuídate, dale? No pases tanto malos ratos —negué con una sonrisa— Ricardo, ya está no hay nada por filtrar, puedes volver a trabajar —bromeó y el chino me miró revoleando los ojos

Me reuní con Manuela y en el auto fuimos organizando todo lo que sería mi visita al senado, cuando llegué las personas de nuestro partido se acercaron a saludarme, también felicitarme por el embarazo. Entré a la sala con mis papeles y me ubiqué en el lugar donde me indicaron para poder hablarle a todos.

—Buenas tarde a todos —dije con una sonrisa— primero que todo me gustaría agradecer a los senadores por estar acá, tengo mucho para decir y estoy segura que es importante para todas las mujeres de nuestro país que me escuchen, porque creo que representar el pensamiento de la mayoría —dije tomando un poco de agua— Esta es la segunda vez que en menos de cinco años hombres que creen que su pensamiento conservador está por sobre la opinión de una mujer que es la persona responsable de llevar al hijo. Más allá de cualquier creencia que podemos tener todas las personas que estamos acá, la vida y los derechos siempre tienen que estar por sobre todo lo que pensemos, porque las personas que los votaron es lo que exigen y quienes no lo hicieron también. El aborto no va a dejar de existir porque un grupo de hombres del pasado elijan esa salida, estará presente siempre, de una manera dañina y peligrosa para las mujeres que no tienen recursos, que están pasando por diferentes situaciones horribles, será una carga extra buscar un lugar ilegal, pensar que por tomar una decisión sobre su cuerpo podrán ir a la cárcel, me enferma, me duele como mujer y como madre imaginar que ese grupo de hombres puede quitarle a mi hija su derecho a elegir, yo me pregunto ¿Por qué ellos tienen en su poder una decisión que respecta al cuerpo de una mujer? Si simplemente quisieran cambiar las reglas que están ahora ¿No podemos preguntarle a las personas que tienen útero? —pregunté mirándolos a todos que me escuchaban en silencio— No estoy acá para que piensen como lo hago yo, estoy acá para que salgan de estas paredes y escuchen las historias de esas mujeres que sufren, que nos necesitan desesperadamente, está en nuestra manos poder ayudarlas de manera correcta, elijan el futuro, el avance que siempre han mencionado, es momento de decirle adiós al pasado —hablé fuerte y los miré a todos— este es el momento donde tienen que salir de sus asientos, tienen que dejar de pensar en ustedes y ponerse en los zapatos de otras personas, lean, informense de manera correcta ¡Escuchen, por favor escuchen! —dije con una sonrisa— mi teléfono siempre estará disponible para cuando lo necesiten. Muchas gracias