Cardigan

30.

No pude dormir nada esa noche, entre lo mal que sentía y todas las cosas que tenía en la cabeza, aunque aún ni siquiera podía hacerme un test era muy probable considerando nuestra actividad de los últimos meses, de lo que estaba extremadamente agradecida es que estuviera Eugenia conmigo. Al día siguiente fui a la reunión donde traté de poner toda la atención del mundo a pesar de lo mal que me sentía, nos reunimos con otro grupo de personas cercanas al presidente e hicimos una videollamada con él.

—Me voy a Londres con Eugenia —le dije al Chino saliendo de la reunión y me miró sorprendido— tiene temas personas y necesita mi ayuda

—¿Lo sabe el presidente? —preguntó el chino mirando hacía todos lados— Son cuatro días con el avión del estado acá, es un gasto extra ¿Sabe Peter?

—La primera dama informó de su viaje, yo voy a tomar días administrativos no pasa nada —dije mirando mi celular, le estaba escribiendo a Peter

—¿Temas personales? ¿Qué le digo a Peter? —preguntó

—Nada, dile eso —dije riendo

—Pero no se va a quedar contento con la respuesta, si cuando le digo que estas en reunión me pregunta de qué están hablando, sabes que? Dile tu, yo no tengo porque ser el teléfono de ustedes, eso no está en mi contrato —se quejó, entonces le mandé un mensaje a Peter que me llamó a los dos segundos

—Hola, pasó algo? —preguntó— ¿Por qué vas a Londres?

—¿Qué hora es allá? —miré mi celular— Peter, son las cinco de la mañana ¿Que haces despierto?

—No duermo bien desde que están allá, Eugenia me dijo que quizás iba a Londres pero ¿por qué tú vas? —preguntó— ¿Le pasó algo a ella? —preguntó

—No, no tiene que pasar nada malo siempre —dije hablando bajo ¿Esto era bueno? pensé mientras caminaba al auto— pero me pidió que la acompañe y prefiero ir con ella, voy a tomar días administrativos que tengo disponibles. En un rato te mando un informe completo con las cosas que pasan acá, ahora voy a llamar a Kamala también

—Ok, cuidense. Avisenme cuando lleguen a Londres

—Dale, descansa. Te amo —dije hablando muy bajo

—Y yo a ti —respondió

Cuando llegué al hotel Eugenia ya tenía todos listo, así que hice una miniparada, me di una ducha con la cabeza llena de cosas y luego salimos al avión

—¿Que piensas? —preguntó Euge hablando bajo, el chino podía estar escuchando todo

—Vine porque necesito tiempo para decidir que hacer —dije hablando bajo— si estoy... está completamente fuera de los planes, no sé si es buena idea ahora, será un escándalo masivo, imaginate el desastre que sería, por otro lado, como mujer no sé si es mi momento.

—Lali, es tu cuerpo, es tu decisión y estoy segura que Peter lo vería de esa manera, pero si vas a tomar la decisión por las cosas que van a decir esos chupasangre ni lo pienses, ustedes se enamoraron y punto, pasa en todos los trabajos, no van a ser los primeros, ni los últimos. He visto como se dan en la casa blanca entre todos —me hizo reir— por favor no tomes una decisión pensando en esa gente, es sobre tu futuro familiar. Si como mujer no quieres en este momento, está perfecto, te apoyo

—Lo sé —sonreí emocionada y la abracé

—¿En qué andan ustedes dos? —preguntó el chino— Que está pasando, diganme la verdad

—Estamos menstruando ambas —dijo Eugenia— y nos ponemos sensibles, ¿quieres hablar sobre nuestro periodo? —preguntó y se fue inmediatamente— no hay mejor técnica que esa.