XXII

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Había pasado una semana desde el cumpleaños del padre de Donghyuck, habíamos estado saliendo a la calle bastante seguido junto a los chicos, parecía que todo se había arreglado con el tiempo

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Había pasado una semana desde el cumpleaños del padre de Donghyuck, habíamos estado saliendo a la calle bastante seguido junto a los chicos, parecía que todo se había arreglado con el tiempo.

-¿Qué harías si te dijera que quiero que seamos pareja?- me preguntó Donghyuck poco después de que salieramos de clase.

Mi corazón dejó de palpitar por un momento, tuve que frenar los pasos y hacer contacto visual con él para asegurarme de que no me lo había inventado.

Renjun aquel día no había asistido a clase al estar con fiebre, el coreano y yo nos encontrábamos de camino a su casa para llevarle lo necesario para poder hacer los deberes.

-Es solo una pregunta retórica- dijo tartamudeando y dándose la vuelta evitando mirarme.

Le sujeté suavemente del brazo haciendo que me mirara y viera como sus mejillas estaban pintadas de un color carmesí mientras me miraba nervioso.

-Diría que yo también quiero- dije viendo como una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.

-Entonces no hay ningún problema si lo somos, ¿No?- me preguntó intentando ocultar su emoción.

Bajé mi mano que sujetaba su muñeca hasta su mano viendo como no apartaba su vista de la mía, podía ver aquel brillo en sus ojos que tanto me gustaba ver.

-Seamos pareja- le dije viendo como su sonrisa se ensanchaba.

Me sorprendí un poco cuando se acercó más a mí y me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello.

-Ahora somos pareja Mark, ya no puedes echarte atrás- me dijo abrazándome con algo más de fuerza sin llegar a hacerme daño.

-No lo haré- dije dejando caricias en su cabeza.

Estuvimos un rato abrazados hasta que recordamos que debíamos llevarle el material a Renjun, Donghyuck enganchó su brazo con el mío haciendo que le mirara con una sonrisa en mi rostro, podía ver claramente como el coreano estaba emocionado.

Cuando llegamos a la casa del chino fue Chenle quien nos abrió la puerta.

-Mi hermano está en su habitación, no le hagáis rabiar, cuando está enfermo se pone muy sensible- nos avisó Chenle dejándonos pasar a la casa -Buena suerte- dijo levantándo los pulgares viendo como subíamos por las escaleras.

-Puedes estar tranquilo Mark, conozco a Renjun desde hace mucho, cuando está enfermo es una masita- dijo haciendo puchero.

El coreano llamó a la puerta de la habitación del chino y esperamos a que este nos diera permiso para pasar.

˚‧º·єριℓєρѕу‧º·˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora