XLVIII

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Habían pasado tres días desde que ingresaron a Mark en el hospital, por fin aquel día, viernes, le iban a dar el alta

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Habían pasado tres días desde que ingresaron a Mark en el hospital, por fin aquel día, viernes, le iban a dar el alta. Le habíamos comprado varias flores y cartas para que sus padres se lo llevaran, estábamos seguros de que la habitación en la que se había quedado estaba muy colorida gracias a nuestros amigos y a mí. Actualmente me encontraba junto a Renjun y Johnny esperando a que Somi y Taemin salieran junto a Mark del centro, ya habían terminado las clases de aquel día, por lo que no teníamos prisa.

-Recordad, no le hagáis muchas preguntas, aún tiene que estar unos tres meses descansando- nos recordó Johnny en cuando vimos a través de la cristalera a los señores Lee y a Mark saliendo por la puerta; el rubio teñido se encontraba con el gorro de la sudadera y unas gafas de sol puestas.

Lo primero que hizo Mark una vez estuvo a nuestro lado fue abrazarnos a los tres como pudo, obviamente nosotros correspondimos aquel abrazo al instante, no pude evitar sonreír y tranquilizarme al ver que estaba bien.

-Gracias por venir- nos dijo para poco después separarse de nosotros -Y por cierto, no sé dónde voy a guardar todo lo que me habéis dado, solo han sido tres días, no puedo ni imaginarme si me hubiera tenido que quedar un mes entero- nos dijo soltando una risa, logrando que mi sonrisa se ensanchara.

-Era lo menos que podíamos hacer. Da gracias a que no nos hemos colado en la habitación en la que estabas, realmente lo teníamos como opción- dijo Renjun.

Somi nos había llevamos a todos en su coche, el cual tenía dos asientos extra en la parte de atrás, y nos llevó hasta su casa, dónde comeríamos aquel día

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Somi nos había llevamos a todos en su coche, el cual tenía dos asientos extra en la parte de atrás, y nos llevó hasta su casa, dónde comeríamos aquel día. Mark se sentó atrás del todo para que de ese modo no le diera tanta luz, por lo que sin dudarlo me senté a su lado dejando de aquel modo un único asiento libre en los asientos del centro.

-Te he hechado de menos- le dije viendo nuestras manos entrelazadas mientras él tenía su cabeza apoyada en uno de mis hombros.

-Y yo a ti- me dijo apoyando su mano libre sobre las nuestras -Por cierto, no creas que no me he dado cuenta de que llevas una sudadera mía de nuevo. Nuestros armarios tienen que estar llenos de las sudaderas del otro a este punto- dijo soltando una risa mientras mantenía los ojos cerrados.

˚‧º·єριℓєρѕу‧º·˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora