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Llevaba un rato viendo como Mark dormía plácidamente a mi lado, me encontraba tumbado de lado con la sábana cubriéndome hasta la cintura mientras sujetaba mi cabeza con uno de mis brazos. Habían pasado apróximadamente treinta minutos desde que nos quedamos dormidos. Desvié la vista hacia su cuello y torso desnudo viendo algunas marcas que le había dejado no hacía mucho, no pude evitar sonreír al recordar lo que acababa de suceder, jamás me había sentido tan bien en mi vida.
Fijé la vista en el rostro de Mark al ver cómo se estiraba sobre la cama mientras buscaba la sábana, la cual le cubría hasta la cintura, para posteriormente taparse hasta el cuello con esta. Apoyé mi mano libre sobre su mejilla izquierda al ver cómo intentaba acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana de la habitación.
-Hola- le dije al ver cómo fijó su vista en la mía.
-Hola- me respondió dejándome ver una de sus hermosas sonrisas.
-¿Te encuentras bien?- le pregunté algo preocupado de que pudiera haberle hecho daño.
-Me siento un poco extraño, pero estoy bien, estoy feliz- me dijo y pude ver cómo un leve sonrojo se hacía presente en sus mejillas.
Pasé mi mano a su cabello para peinarle un poco, después acerqué mi rostro al suyo para dejar un beso, que duró unos segundos, en su frente.
-Te amo Makku- le dije una vez volví a mi posición anterior.
-También te amo Hyuck- me dijo acercándose a mí para abrazarme, haciendo que perdiera el equilibrio y me tumbara boca arriba en la cama.
Estuvimos de aquel modo unos minutos hasta que decidimos ir a ducharnos, Mark entró al baño antes que yo, y mientras él se duchaba yo me puse una camiseta larga para cubrirme con algo para después cambiar las sábanas sucias por unas limpias. Cuando Mark salió de la ducha entré yo con ropa que el canadiense me había prestado, cuando volví a entrar a la habitación esta ya estaba limpia y ordenada. Mark se encontraba tumbado en la cama mirando su móvil, me tumbé a su lado para abrazarle desde atrás viendo como el rubio teñido dejaba el móvil a un lado y se daba la vuelta para quedar enfrente mía.
-No te has secado el pelo- me dijo al fijar la vista en este.
-Me gusta que se seque solo- le dije moviendo mi cabeza rápidamente logrando que varias gotas de agua cayeran sobre su rostro.
-Hyuck- me llamó entre risas para después proporcionarme un pequeño puñetazo en el hombro -Ven, voy a secarte el pelo- me dijo y le miré con una pequeña sonrisa.
-Bien, no me opongo- le dije para después ser guiado por él, quien estaba sujetándo suavemente una de mis muñecas, hasta el baño.
-La próxima vez te lo secarás tú solo, puedes enfermarte si estás con el pelo mojado- me dijo y asentí sentándome en el taburete que había puesto frente al lavamanos.
