XVIII

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Mark y yo bajamos a la cocina encontrando a nuestros amigos y a los progenitores de Renjun desayunando en la mesa del comedor

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Mark y yo bajamos a la cocina encontrando a nuestros amigos y a los progenitores de Renjun desayunando en la mesa del comedor. Después de saludarnos unos a otros Mark comenzó a preparar los desayunos, le insistí en que yo iba a preparar el mío, pero obviamente no me dejó hacerlo.

Fueron yéndose uno por uno de la cocina al haber terminado de desayunar, hasta que quedamos Mark, Renjun, Ten y yo. No pasó mucho cuando el canadiense terminó de preparar los desayunos, y claro que tampoco pasó mucho cuando Ten y Renjun nos dejaron solos en la cocina.

-Se han quemado un poco, solo espero que estén ricas- dijo Mark viendo como algunas tostadas estaban algo quemadas.

-Está bien, seguro que están deliciosas- dije para después poner algunas tostadas en mi plato -Gracias por preparar los desayunos- le dije casi susurrando.

-Oh, no es nada, otro día intentaré prepararnos algo mejor- dijo logrando que mi corazón se acelerara.

-No te dejaré, ya me lo has preparado hoy, el próximo día me toca a mí- le dije viendo como fijaba la vista en la mía dedicándome una pequeña sonrisa.

-Bien, no me opongo, soy bastante perezoso a las mañanas a decir verdad- dijo regresando la vista a su desayuno.

-Yo también, siéntete halagado, no hago estos esfuerzos por cualquiera- dije untando la mermelada en una de las tostadas, notando como mis mejillas comenzaban a calentarse.

-Tú igual, creo que es la primera vez que le preparo el desayuno a alguien- dijo y fijé la vista en su persona, viendo como estaba concentrado en su tostada.

-¿Ni siquiera a tus padres?- le pregunté algo intrigado.

-Suelen levantarse antes que yo, por lo que nunca he tenido la oportunidad, y mi hermano Johnny simplemente se despierta cuando le apetece- dijo y me miró, haciendo de nuevo contacto visual conmigo -¿Y tú?- me preguntó y pude notar un pequeño escalofrío subiendo por mi espalda.

-Solía prepararle el desayuno bastante a menudo a mi familia, pero dejé de hacerlo hace unos años- dije evitando hacer contacto visual con el canadiense mientras intentaba no apartar la pequeña sonrisa de mi rostro.

-¿Puedo preguntar por qué?- me preguntó suavemente al ver mi reacción.

-Te parecerá una tontería- dije dejando salir una pequeña risa mientras un nudo se me comenzaba a formar en la garganta.

-Puedo asegurarte que no será así- me dijo e inconscientemente fijé la vista en la suya.

-Dejé de hacerlo porque me sentía extraño al preparar solamente tres desayunos cuando no hacía mucho preparaba cuatro- dije sin saber muy bien porque aún no apartaba la vista de la del canadiense -Creo que nunca te lo conté, pero mi padre murió hace dos años por problemas de salud- le dije viendo como se sorprendía por aquella noticia, fue cuando por fin aparté la vista de la suya -Tardamos en acostumbrarnos a no tenerle entre nosotros, y aunque tal vez suene estúpido, de vez en cuando se me olvida que ya no está aquí- dije notando como el nudo en la garganta se hacía más grande.

˚‧º·єριℓєρѕу‧º·˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora