XLIX

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-Kun y Haneul ya han decidido a cual casa vamos a mudarnos

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-Kun y Haneul ya han decidido a cual casa vamos a mudarnos. Estoy feliz de que hayan tenido en cuenta nuestra opinión, realmente el plan de reformas de Karina estaba muy bien- le conté a Mark mientras él afinaba su guitarra -Incluso nos han dicho que la reforma que queremos sí se puede hacer, parece un sueño, en serio- le dije tumbándome en su cama boca arriba.

-¿Os vais entonces a la casa que está más cerca de aquí que las demás, no?- me preguntó, a lo que fijé la vista en la suya y asentí con una sonrisa.

-Ahora viviremos un poco más cerca el uno del otro Canadá- le dije guiñándole un ojo, viendo como rodaba los ojos a la vez que soltaba una risa por mi acción -¿Te parece gracioso que esté coqueteándote?- le pregunté sentándome a su lado sin evitar mirarle con una sonrisa.

-Un poco sí la verdad, más que nada porque casi cierras el otro ojo al guiñar- me dijo centrándose de nuevo en afinar la guitarra mientras negaba divertido.

-Bueno, tendré que practicar un poco más entonces para que caigas rendido ante mis encantos- le quité, con cuidado de no hacerle daño, la guitarra de las manos para dejarla sobre la funda que se encontraba en el suelo.

-¿Qué vas a hacer?- me preguntó al ver cómo apoyé mi mano en su barbilla mientras acercaba mi rostro al suyo.

-Ya lo verás- le dije fijando la vista en sus labios para después acercarme hasta juntar sus labios con los míos, comenzamos con un beso lento, notando cómo los dos sonreíamos de vez en cuando por la situación.

No mucho después me acomodé mejor sobre la cama para sujetar a Mark de la cintura y sentarle sobre mi regazo, quedando de ese modo mirando un poco hacia arriba para alcanzar a besar los labios del rubio teñido. El beso comenzó a tornarse algo desordenado, en un momento me separé un poco de él viendo cómo tenía sus labios rojos y un poco inchados, comencé a dejar un camino de besos desde su mandíbula hasta su cuello para después comenzar a dejar pequeños chupetones en este. No pude evitar notar cómo la respiración del Canadiense se aceleraba, y también cómo su agarre en mi hombro y nuca se hizo más fuerte.

-Joder- dijo para después apartarme de él para tumbarme sobre la cama y comenzar a besar mis labios algo desesperado.

-¿Entonces la semana que viene volverás a clase?- le pregunté mientras mantenía una de mis piernas por sobre su cintura mientras le abrazaba con uno de mis brazos, y él tenía su espalda apoyada en el colchón mientras dejaba pequeñas caricias en mi...

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-¿Entonces la semana que viene volverás a clase?- le pregunté mientras mantenía una de mis piernas por sobre su cintura mientras le abrazaba con uno de mis brazos, y él tenía su espalda apoyada en el colchón mientras dejaba pequeñas caricias en mi cabeza.

-Sí, y según mis padres no van a contarme la segunda evaluación cómo válida ya que sólo pude ir a principios de ese trimestre- me dijo tapándonos a ambos mejor con la sábana -No me has dejado ni afinar la guitarra, yo que te iba a dedicar algo bonito- me dijo soltando una corta risa al ver que habíamos acabado los dos desnudos sobre su cama.

-No pasa nada, puedes hacerlo ahora si quieres- le dije apoyando mi mejilla sobre su hombro, no sin antes dejar un casto beso en este -¿Ya has caído ante mis encantos entonces?- le pregunté fijando la vista en la suya, viendo como sonreía.

-Caí hace tiempo Hyuck; pero sí, cada vez caigo aún más- me dijo, y mis orejas comenzaron a calentarse por sus palabras -Te ves muy tierno sonrojado, en serio- me dijo pellizcando suavemente una de mis mejillas, logrando que me ruborizara aún más.

-No puedes decirme eso y simplemente esperar que esté tranquilo- le dije escondiendo mi cara en su cuello, recibiendo una risa por su parte por mi comportamiento.

-Te amo, en serio- me dijo dejando un casto beso en mi cabeza.

-Y yo a ti, Makku- le dije abrazándole con algo más de fuerza.

-Vale, espera, creo que tendríamos que darnos una ducha y vestirnos-

-¿Por qué, estás hormonal de nuevo Canadá?, porque si es así se puede arreglar- le dije viendo como se sonrojaba -Eres jodidamente tierno- le dije dejando un casto beso en sus labios.

-De verdad quiero dedicarte algo bonito con la guitarra, y si seguimos así no me va a dar tiempo a enseñartelo- me dijo mirándome fijamente.

-Está bien, pero ve tú al baño primero para tranquilizarte, no te creas que no lo he notado- le dije apartando mi pierna de su cintura para que comprendiera.

-Enseguida vuelvo- dijo levantándose de la cama mientras se cubría con la sábana.

-Oye, no te lleves la sábana, me voy a congelar mientras tú te duchas- le dije tirando de la sábana para que no me la quitara -No seas tímido Canadá, ya te he visto todo- le dije fijando la vista en su persona, dándome cuenta de que le había dejado varios chupetones notorios por la zona del cuello más que nada -Vaya, sí que andaba emocionado- dije soltando una corta risa mientras mis mejillas se calentaban, viendo como el canadiense dejó nuestra pequeña pelea por la sábana a parte por un rato para mirarse a sí mismo.

-Tampoco te creas que estás muy distinto a mí- me dijo logrando quitarme la sábana, dejándome sin nada que me cubriera sobre el colchón.

-Si cojo un resfriado será culpa tuya- le dije tumbándome boca arriba mientras tenía la vista fija en la suya, viendo como tragaba saliva nervioso.

-Tapate con un cojín o algo por lo menos- me dijo intentando mantener su vista en mis ojos.

-Eso no me va a quitar el frío- le dije viendo como cogía la ropa que se pondría después.

Me pasó unos calzoncillos y una manta para que me cubriera con algo, por lo que le agradecí feliz por su atención.

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˚‧º·єριℓєρѕу‧º·˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora