XXI

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No tardamos mucho en llegar a la lápida del padre de Donghyuck, esta tenía la fecha de nacimiento y de su muerte grabadas junto a una foto del señor Lee sonriendo, también tenía unas flores grabadas en la lápida

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No tardamos mucho en llegar a la lápida del padre de Donghyuck, esta tenía la fecha de nacimiento y de su muerte grabadas junto a una foto del señor Lee sonriendo, también tenía unas flores grabadas en la lápida.

-Hola papá, soy Donghyuck, he venido acompañado de alguien que quiero que conozcas- dijo y fijé la vista en el coreano.

Sabía muy bien que a mucha gente aquella escena les parecería graciosa e incluso extraña, pero a mí se me hacía muy tranquilo, especial y tierno que Donghyuck le hablara de aquel modo a su padre, quien había muerto por problemas de salud tan solo dos años atrás.

-No he sido el único que te ha comprado algunas flores, Mark ha traído bastantes- dijo retirando delicadamente las flores viejas mientras ponía con cuidado en una especie de corcho de color verde algunas de las flores que él había comprado -Acércate Mark, pon algunas de las flores que has comprado- dijo y me agaché hasta quedar en cuclillas frente aquella lápida.

-Hola señor Lee, me llamo Mark, espero que no le incomode o moleste mi presencia- dije sacando algunas flores de la bolsa de plástico y comencé a poner algunas junto a las que Donghyuck ya había puesto.

-No creo que le moleste, le gustaba ser el centro de atención, estoy seguro de que estará feliz por ver que más personas le visitan- dijo soltando una pequeña risa.

Fijé la vista en Donghyuck, tenía una sonrisa nostálgica en su rostro, podía ver como parpadeaba más rápido que cuando llegamos al cementerio, también ví como sus ojos comenzaban a cristalizarse.

-Han pasado dos años desde que te fuiste y aún siento que fue ayer cuando ocurrió- dijo cogiendo algunas flores de la bolsa para continuar poniendolas junto a las demás -Cada vez que pienso que lo he superado me veo a mí mismo recordándome que realmente no es así- dijo soltando cortos sollozos comenzando a tener dificultades para respirar bien -Sé que te prometí que iba a ser fuerte, que aprendería a vivir con ello- dijo dejando que una sonrisa se formase en su rostro por tan solo unos segundos -Pero se me hace muy complicado- dijo terminando de poner las flores para comenzar a secarse las lágrimas con las mangas de su sudadera.

Me acerqué un poco más a él para abrazarle con delicadeza notando como poco después él correspondía mi abrazo y dejaba salir las lágrimas mientras mantenía su cabeza escondida en mi pecho. Por mi parte apoyé mi barbilla sobre su cabeza y poco después dejé un casto beso en esta para intentar tranquilizarle mientras dejaba pequeñas caricias por su espalda.

-Lo siento, no quería llorar- dijo minutos después soltando una pequeña risa sin apartarse del abrazo.

-No te disculpes, no tiene nada de malo hacerlo- le dije pasando las caricias a su cabeza -Si necesitas llorar hazlo, estaré aquí para ti- dije viendo como Donghyuck apoyaba su barbilla en mi hombro haciendo que mi mejilla quedara a milímetros de distancia de su oreja.

-Gracias por aguantarme Mark- dijo en un hilo de voz intentando controlar sus sollozos.

-Gracias a ti por no alejarte de un estúpido como yo- dije casi susurrando y cerrando los ojos mientras escondía mi rostro en su cuello.

Pude escuchar una pequeña risa proveniente del coreano, lo que hizo que una inconsciente sonrisa se formase en mi rostro.

-¿Entonces estuviste hablando con mi hermano?- me preguntó Donghyuck

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-¿Entonces estuviste hablando con mi hermano?- me preguntó Donghyuck.

Hacía un rato habíamos vuelto al autobús y paramos en una heladería cercana a nuestras casas, nos encontrábamos en una mesa para dos mientras comíamos un helado en tarrina cada uno.

-Sí, bueno, lo único que hice yo fue preguntar si estabas en casa, y gracias a tu madre y a ti me libré de responderle- dije soltando un suspiro relajado.

Pude escuchar claramente como Donghyuck comenzó a reírse.

-No te rías, no sabes lo incómodo que estaba- dije con una pequeña sonrisa en mi rostro.

-Para la próxima ya sabes, ve a la hora a la que hemos quedado, no antes- dijo mirándome con una sonrisa.

-¿Pero sabes?, me he enterado de algo interesante- dije viéndole con diversión.

-Conociendo a mi hermano te habrá contado cosas sin sentido- dijo metiendo otro trozo de su helado a la boca.

-Me contó algo sobre ti, y a decir verdad sí tenía sentido- le dije viendo como su rostro divertido cambiaba a uno curioso y algo nervioso.

-¿Qué te ha contado ese traidor que tengo como hermano?- me preguntó y levanté las cejas mientras la sonrisa de mi rostro se ensanchaba.

-Realmente me lo preguntó, pero Hyuck- fijé la vista en sus ojos viendo como este me miraba atentamente -Fui tu primer beso, ¿Cierto?- le pregunté notando como mi corazón palpitaba más rápido.

Donghyuck abrió sus ojos como platos por unos segundos para después aclarar su garganta y continuar comiendo su helado.

-¿Eso es un sí?- le pregunté notando como mis orejas comenzaban a calentarse.

Después de un rato viendo como el coreano parecía pensar en algo asintió sin mirarme, pude ver como un color carmesí se hacía presente en sus mejillas.

-Le voy a matar- dijo murmurando y solté una pequeña risa.

-Te diré algo- dije captando su atención, viendo como sus ojos se clavaban en los míos -Mi primer beso también fue contigo- le dije y podía imaginarme tan rojo como el coreano en aquel mismo momento.

-¿Por qué me cuentas esto?- me preguntó poco después comiendo de su helado.

-No lo sé, me parecía curioso que dos personas de quince años aún no hubieran dado su primer beso hasta hace poco- dije terminando mi helado.

-Supongo que siempre estuve más centrado en los videojuegos y en mis amigos hasta que llegaste tú- dijo e hicimos contacto visual.

-Hyuck- dije viendo como su vista viajaba por mi rostro -De verdad que no mentí ni miento cuando digo que me gustas mucho- dije buscando la mirada del chico hasta que volvimos a hacer contacto visual el uno con el otro.

Podía ver claramente como Donghyuck tragó saliva nervioso mientras parpadeaba algo más rápido de lo normal.

Estaba nervioso, y mentiría si dijera que yo no lo estaba.

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˚‧º·єριℓєρѕу‧º·˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora