Dejé de acercarme a él al ver como algo de luz entraba por las puertas aún cerradas del armario, sabía que alguien había entrado a la habitación. Iba a alejarme de Donghyuck moviendo mi cabeza hacia atrás, pero él me lo impidió acercándose a mi rostro para juntar sus labios con los míos.
Al principio me sorprendí, pero poco después cerré los ojos disfrutando de aquel roce.
-Si hay alguien aquí escondido por favor que salga ya, no me apetece buscar por toda la habitación, tengo miedo de lo que pueda encontrarme- no pude evitar soltar una pequeña risa al escuchar aquello por parte del tailandés.
Me aparté de Donghyuck con una sonrisa en mi rostro y dejé un casto beso en su frente, viendo como poco después el pelinegro me miraba mientras mordía suavemente su labio inferior.
-Será mejor que salgamos antes de que Ten se enfade- dije viendo como Donghyuck asentía.
El chico se movió con intenciones de separarse de mí, pero apoyé mis manos en su cintura captando su atención, sin dudarlo me acerqué a su rostro para dejar un casto beso en sus labios. Después nos quedamos mirándonos por unos segundos y decidimos salir del armario, literalmente.
Al salir de este vimos como Ten parecía tener dilemas consigo mismo para ver si buscaba por la habitación o no. Cuando nos vio pude ver como sus ojos brillaban.
-No sabéis lo mucho que os amo en estos momentos- dijo acercándose a nosotros para después abrazarnos -De verdad, gracias-
No pude evitar reírme por aquella situación, ni que fuese a morirse por buscarnos en la habitación de mis progenitores.
El doctor que nos atendió hacía unos días había llamado a mis progenitores diciéndoles que ya tenía las respuestas de la analítica; Somi, Taemin, Johnny y yo fuimos a la hora indicada al ambulatorio para recoger algunos papeles. Según el doctor todo indicaba que tenía epilepsia, pero que para confirmarlo me mandaría al hospital a que me hicieran un TAC. Una semana después nos confirmaron que tenía epilepsia; me recetaron una pastilla, la cual tendría que tomarme todos los días.
Nos dijeron que de momento no parecía ser tan grave, por lo que solo me recetaron una pastilla. También nos dijeron que existía la posibilidad de que el medicamento no funcionara y que si aquel fuera el caso nos lo tendría que cambiar.
Cuando regresamos a casa me dirigí a mi habitación, Johnny entró sin avisar no mucho después.
-Si quieres papá y yo podemos acompañarte al Instituto todos los días- me dijo sentándose a mi lado en la cama.
Le miré para después suspirar y mirar al frente, dónde se encontraba el armario con un espejo en una de sus puertas.
-Estoy bien, lo prometo- le dije sabiendo que la razón por la que quería acompañarme era para asegurarse de que no me ocurría nada de camino al centro.
-Bien, como quieras, pero hazme el favor de avisarle a alguno de tus amigos para que venga a buscarte, de ese modo me quedaré más tranquilo- me dijo abrazándome, correspondí el abrazo poco después.
Mi hermano siempre se había preocupado mucho por mí, y aunque a veces podía ser muy pesado, agradecía el hecho de que siempre estuviera cuando le necesitaba. Sin duda alguna no podía tener un hermano mejor que él.
-Si de ese modo te quedas más tranquilo le avisaré a Renjun- le dije al recordar que el chino no vivía muy lejos.
Renjun me dijo que no tenía ningún problema en ir a buscarme, que de aquel modo el camino al Instituto sería mucho más entretenido. Agradecía el hecho de que no me hubiera preguntado por la razón de mi petición.
Después de cenar me tomé un colacao con galletas, pude ver de reojo como mi madre dejaba una pastilla sobre la mesa junto a un vaso con agua. Una vez terminé el colacao me tomé la pastilla bajo la atenta mirada de mi madre.
-Mamá, no hace falta que te quedes mirándome fijamente, das miedo- le dije viendo como me miraba algo indignada.
-Solo estoy asegurándome de que te la tomas- me dijo para después terminar de recoger la mesa, antes de subir a su habitación me dio un abrazo y dejó un casto beso en mi frente.
Le dediqué una pequeña sonrisa para poco después ver como salía de la cocina. Apoyé mi barbilla sobre mis manos mientras fijaba la vista en el papel que había pegado mi padre en la nevera, en este ponía "Pastilla de Mark, mañana, tarde y noche", no quería sentir que estaba siendo un estorbo en mi propia casa, pero al ver que todos estaban muy pendientes de mí me hacía sentir de aquel modo.
Me dirigí a mi habitación cerrando la puerta a mi paso, no me gustaba tener la puerta abierta a la noche. Me puse el pijama y preparé la mochila para el día siguiente, una vez terminé me tumbé en la cama.
No quería contarle a mis amigos lo que me ocurría, no quería que más gente se preocupara por mi estado, ya tenía bastante con mi familia. Por otro lado sabía perfectamente que el coreano sospechaba de que me ocurría algo, esperaba que por lo menos no insistiera demasiado.
Fue cuando el recuerdo de lo que ocurrió en el armario con Donghyuck me vino a la mente; no habíamos vuelto a sacar el tema, pero yo seguía muy emocionando por lo que ocurrió.
Pero en aquel momento, sabiendo de mi enfermedad, me costaba ver una vida tranquila junto a Donghyuck. No quería preocuparle cada vez que mi torpeza hiciera su aparición, además, nadie sabía si la pastilla que había comenzando a tomar me haría efecto.
Esperaba que Donhyuck no comentara nada sobre aquel beso o sobre nosotros, no estaba preparado para inventarme una excusa de la cual después podría arrepentirme.
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˚‧º·єριℓєρѕу‧º·˚
Fanfiction°𝙼𝚊𝚛𝚔 𝙻𝚎𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚋𝚊 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝙻𝚎𝚎 𝙳𝚘𝚗𝚐𝚑𝚢𝚞𝚌𝚔, 𝚞𝚗 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘 𝚜𝚞𝚢𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒ó 𝚊 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚙𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝚌𝚞𝚛𝚜𝚘 𝚍𝚎 𝚌𝚞𝚊𝚛𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙴𝚂𝙾° ➡️𝙃𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 100% 𝙢í𝙖. ➡️𝙍𝙚𝙨𝙥𝙚𝙩�...