𝙈𝙖𝙠𝙚𝙪𝙥 𝙩𝙤 𝙛𝙡𝙞𝙥 𝙈𝙞𝙣𝙝𝙤. ★·˚ˊˎ[Minsung] ©

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Jisung sonreía mientras los flash de las cámaras sonaban, estaban haciéndole una sesión de fotos en la playa, sólo él peliazul y Félix estaban ahí, los demás tenían una sesión de fotos en un parque de diversiones.

— Me gusta estar aquí, pero hace frío. — Habló Félix mientras se ponía una manta encima.

— Terminamos con la sesión. — Espetó él fotógrafo.

Todos hicieron reverencias a modo de despedida y Félix y Jisung se agarraron de la mano para ir corriendo al auto de la empresa rumbo al parque de diversiones.

— Ahhh, qué frío, compárteme un poco de la manta..— Él peliazul hizo un mohín y él pecoso le extendió aquella manta de color azul.

— Yo quería la sesión de fotos en la rueda de la fortuna, pero ambos tenemos mala suerte. — Félix se quejó mientras él chófer empezaba a conducir él auto.

— Nunca me imaginé qué Eunwoo y Minho se pusieran de acuerdo para ganarnos en las votaciones, sabiendo qué ambos se llevan de la patada. — Bufó él menor soltando una carcajada.

— Y es qué ayer casi se agarran a golpes porque estaban discutiendo sobre cuál es el mejor sabor de helado, cuando todos sabemos qué él mejor sabor es él de plátano.

Jisung borró su sonrisa y puso una mueca de asco. — ¿Disculpa?, él mejor sabor de helado es él de menta y él qué diga lo contrario se las tendrá qué ver conmigo.

— ¡¿Qué?!, ¡La menta es asquerosa!, ¡Él peor sabor del mundo!, ¡Sabe a pasta de dientes!. — Chilló él rubio horrorizado.

— Oh, no, claro qué no, déjame decirte qué la menta...

Él chófer rodó los ojos y le subió él volumen a su radio, si qué sería un viaje largo.

— Los cuatro peguense más y abrazen los osos de peluche. — Indicó él fotógrafo.

— ¿Y porque tú tienes él oso más grande?. — Le preguntó Hyunjin a Yeonjun con un puchero en los labios.

— ¿Qué dices?, son del mismo tamaño. — El pelirrojo bufó.

— Ya callense. — Advirtió él pelinegro con una sonrisa en los labios.

— Oye, él color de tu oso es más lindo qué el mio. — Gruñó está vez Eunwoo mirando al oso de Minho con recelo.

— No te quejes qué él tuyo tiene corbata y él mío no la tiene.  — Respondió frunciendo él ceño.

— ¡Niños!, ¡Niños!, Todos son muy bonitos, ¿Ya puedo tomar la foto?, ¿Si?. — Habló de nuevo él fotógrafo.

— ¡No!. — Gritaron todos al unísono.

Los asistentes y los fotógrafos se miraron entre sí, después de unos minutos todos tenían los osos iguales, del mismo color, del mismo tamaño y con los mismos accesorios.

Todos sonreían satisfechos y alfin se dejaban tomar las fotos.

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