Dalton, pese a ser aún técnicamente temprano, después de cenar con sus tíos y primos en silencio, se fue a dormir en una habitación que Lydia había preparado para él, estaba junto a las de los niños y estaría cómodo ahí, además de pedirle a sus hijos que no lo molestaran y lo dejaran dormir. El pequeño castaño se encerró en la habitación y se dejó caer en la cama comenzando a llorar por enésima vez esa tarde. La tristeza de ver a su padre en esas condiciones no se iría pronto, y menos luego de saber que pronto morirá. No estaba listo para perderlo.
La manada buscó por todos los medios romper la barrera, pero todo fue inútil, ni siquiera el alfa verdadero pudo atravesarla. Así que quedó en manos de Allison, la única humana entre ellos el hacerse cargo de obtener información sobre Stiles, y a la mañana siguiente se presentó a primera hora en el hospital, y como esperaba pudo pasar la barrera.
—¿Disculpe?— le habló a la recepcionista, que al escucharla levantó su mirada del monitor. — Hola. Estoy aquí para visitar a un amigo que tuvo un accidente ayer y me dijeron que fue traído a este hospital.
—¿Nombre del paciente?— preguntó la mujer.
—Mieczysław Stilinski. — respondió Allison. Entonces la recepcionista comenzó a buscar información en el ordenador.
—Oh, sí. Fue internado ayer por la tarde. Pero me temo que no puede visitarlo, tenemos estrictamente prohibido dejar que lo vean personas no autorizadas. — respondió la mujer de la manera más amable posible.
—Oh, no hay problema. Soy amiga de la familia.
—Aún así no puedo dejarla pasar, fue su familia la que nos pidió no dejar pasar a nadie. Lo lamento. — se disculpó. — Tal vez si habla con ellos, podamos añadir su nombre a la lista de personas a las que se le admite el ingreso.
—Eso haré. Gracias. — dijo Allison con una sonrisa como despedida, no teniendo más remedio que irse con las manos vacías.
Al salir del hospital, en el estacionamiento estaba Isaac esperándola junto a su auto.
—No pude pasar de la recepción. Jordan y Lydia le prohibieron la entrada a cualquiera que no sea un familiar o tenga un permiso de ellos para entrar a verlo. — le explicó Allison a su espeso con fastidio.
—Entonces tendremos que hablar con ellos. — declaró Isaac serio.
Allison asintió y entró junto a él al auto, y mientras Isaac conducía, ella le marcaba a Scott.
—Scott, reúne a todos en la mansión. Es hora de que hablemos con Lydia. — dijo seria.
Dalton se encontraba desayunando en la cocina, siendo acompañado por su tía Lydia y sus primos, quienes al pasar de las 10 de la mañana ya habían desayunado. Los mellizos aunque no sabían del todo lo que estaba ocurriendo, sabían que su tío Stiles estaba en el hospital por alguna razón y eso hacía a su primo estar triste, por lo que estaban siendo lo más comprensivos posible con él y sólo estaban a su lado en respetuoso silencio.
Lydia vio al adolescente comer desanimado su cereal, y sintiendo algo de pena por él, le dedicó una sonrisa cariñosa y le dio un ligero apretón maternal en la mano, antes de dejar la habitación para poder terminar de preparar lo que llevaría para Stiles al hospital.
—Mamá, creo que algo le pasa a Dalton. — le habló la pequeña Meredith al llegar a su lado poco después.
—Está gruñendo.— le informó un muy preocupado Clint llegando también a su lado.
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HIJO DE UNA CHISPA
FanfictionStiles regresa a Beacon Hills junto a su hijo para asistir a la boda de Lydia y Jordan. A su vez, la manada regresa al pueblo después de 15 años para una reunión de manada, no sabiendo que el castaño está de regreso. Pese a que todo parece perfecto...