HIJO DE UNA CHISPA

Capítulo 31: ¿No soy demasiado joven para todo esto?

Pasaron algunos días desde que Dalton y sus amigos se enteraron de toda la verdad acerca de Stiles y la manada Hale/McCall, y todo pareció volver a la normalidad para los jóvenes lobos y la familia Parrish Martin, y muchas cosas ocurrieron durante ese tiempo.

Tal como había dicho Derek, pronto tuvieron frente a ellos una declaración de guerra de parte de Scott y los Hale hostiles, que decidieron aparecer frente a la casa Stilinski e intentar entrar para acabar con Dalton. Gracias a la barrera anti sobrenatural sobre la casa, no pudieron lograr su cometido, pero luego de el primer ataque fallido, pronto comenzaron a ser acechados por ellos. Siempre y sin falta, cada vez que se encontraban fuera de la casa los jóvenes lobos podían notar la constante vigilancia de sus nuevos enemigos, pero por fortuna, estaban absteniéndose a cometer un nuevo atentado contra el joven alfa, debido a la incansable protección de Derek y sus betas sobre los adolescentes.

Con la nueva amenaza, los chicos tuvieron que acostumbrarse a usar sus brazaletes protectores todo el tiempo para mantenerse a salvo, y del mismo modo, Dalton tuvo que acostumbrarse a la idea de siempre tener al alfa Hale como un guardaespaldas detrás de él, al menos hasta que se asegurasen de que estuvieran fuera de peligro. Del mismo modo, Jordan había hablado con el sheriff y al explicarle la situación, proclaman una orden de alejamiento contra McCall y los Hale que lo apoyaban, y le aseguró que haría todo lo posible para ayudar a mantener a su sobrino a salvo.

Otro evento importante que tuvo lugar, fue la primera luna llena de Robin y la segunda para Maddy, la que fue tratada por toda la manada Stilinski en el sótano de la casa del lago. No fue un proceso sencillo, pero gracias a la paciencia y trato gentil de Dalton y sus amigos, y la influencia algo brutal pero persuasiva de la beta rubia tuvo sobre la pequeña pelirroja, esta última logró controlarse un par de horas antes del amanecer. Y después de esa noche, la relación de las más nuevas betas de la joven manada de Beacon Hills comenzó a mejorar.

Cuando una nueva semana comenzó, volvieron a la escuela para poder retomar con sus clases, y apenas cruzaron las puertas de la entrada Dalton pudo escuchar por sí mismo lo que algunos de los demás estudiantes dicen a espaldas de Robin, lo que no le gustó en absoluto, y junto a Maddy tomaron cada una de las manos de la chica para darle su apoyo.

—Sólo ignoralos Robs. Recuerda que nada es cierto.— le dijo Maddy acercándose a ella, y la pelirroja al escucharla le sonrió agradecida. Entonces el timbre indicador del comienzo de la primera clase sonó.

—Nos vemos.— se despidió Rasmus levantando una mano, dedicándole una sonrisa cariñosa a Dean, antes de desaparecer entre el resto de estudiantes que se dirigían a sus salones.

—Nos vemos.— le responden Dalton y Robin, sabiendo que el rubio con su oído subdesarrollado podría escucharlos.— Nos vemos en el receso.— dice Dalton despidiéndose de Entonces cada quien comenzó a moverse para poder ir a su primera clase del día, y Dominic como cada día, se acercó al joven alfa y la pelirroja para poder escoltarlo a su clase, pero Christine al verlo, se apresuró a interponerse en su camino para evitarlo.

—No no no no. Tú vienes conmigo.— le dijo la pelinegra parándose frente a él.

—Pero tengo que dejar a Dalton en su clase.— replicó su hermano, intentando pasarla para poder llegar al castaño.

—No, no tienes.— discrepó la chica, tomando su brazo para poder llevarlo con ella— Ya hablamos de esto, si llegas tarde a clases otra vez, te van a suspender.— le dijo, y a regañadientes la siguió hacia su salón, perdiendo de vista a los dos chicos de primer año.

Dalton camina con Robin hasta su primera clase, donde escucha a las chicas que solían ser las amigas de la pelirroja susurrar cosas malas de ella y a su amiga gruñir a su lado.